La fascinación, respeto y temor hacia los elementos del mundo natural son sentimientos tan antiguos como la humanidad, lo que ha motivado creencias, ritos y prácticas espirituales relacionadas con los ciclos de la vida…

Los espacios rurales humanizados pueden conservar biodiversidad y preservar funciones ecosistémicas. Las culturas agrícolas Mesoamericanas - aunque recientemente han incorporado en diversa medida insumos industriales-  aprovechan, manejan  y preservan biodiversidad natural y agrícola de manera significativa. Algunos ejemplos de esto son las milpas agroforestales, las chinampas, los huertos familiares, los cacaotales y los cafetales tradicionales. Su futuro dependerá de cómo evolucione la relación campo-ciudad, el ordenamiento del territorio y los proyectos de conservación durante este siglo.

El conocimiento de los procesos y componentes del mundo, la vida, la muerte y lo metafísico ha sido de interés entre los pueblos. Los particulares y diferenciados entendimientos de la naturaleza están en la base de las diferentes culturas y sus respectivas orientaciones para establecer la mejor relación posible con la “Madre tierra” y su representación de lo divino. Los sitios naturales sagrados son trascendentales en la vida de las culturas y para la conservación de la biodiversidad, pues su comprensión orienta hacia un trato respetuoso y activo que hace frente a las políticas colonizadora.

Las Áreas Naturales Protegidas (ANPs) son uno de los paradigmas de conservación más antiguos y más vigentes que existen. El artículo hace una síntesis de lo que es y lo que representa una ANP, la importancia del concepto para la sociedad y para la ciencia; abordando temas como la biofília, el refugio, y el manejo comunitario de tierras, entre otros.

La pérdida de la diversidad biológica se ha incrementado en los últimos siglos y ya es una preocupación mundial. Las principales causas son la fragmentación, destrucción y pérdida de los hábitats naturales de flora y fauna; la introducción de especies exóticas que a veces amenazan a las especies locales; la sobreexplotación de poblaciones y recientemente el cambio climático.

Las costas de Chiapas y Oaxaca cuentan con una serie de rasgos que las distinguen tanto en lo geográfico y lo biológico como en lo social. Estos estados comparten sistemas de montañas muy cercanos a la costa (la Sierra Madre del Sur y la Sierra Madre de Chiapas), lo que origina planicies muy angostas y amplias lagunas que son sitios de refugio y reproducción para especies de plantas y animales marinos de gran valor económico. Además, en la parte oaxaqueña se encuentra el sistema arrecifal más importante del Pacífico sur mexicano, que es la puerta de entrada a México para la fauna coralina proveniente de Centroamérica.

Al escuchar hablar de desaparición, persistencia o cambio social, la idea puede remitirnos a la transformación y movimiento constante que enfrentan los pueblos. Esa transformación solo se comprende si evocamos el tiempo, es decir, el pasado como necesario para entender y vivir el presente y proyectarnos en el futuro.

Guatemala abarca una superficie de 108 mil 889 kilómetros cuadrados, que es aproximadamente el 5% del territorio mexicano. Sin embargo, este país pequeño aloja una extraordinaria riqueza de murciélagos, que en 2012 se contabilizaban en 97 especies; comparativamente se trata del 70% de las 139 registradas en México.

Las ciencias de la computación integran en forma de datos muchos aspectos de nuestras vidas, pero es un reciente artefacto, el teléfono celular, el que adhiere nuestras vidas a ese mundo de datos.

Pablo Liedo, quien recibió en 2014 el Premio Nacional de Sanidad Vegetal 2014, es investigador del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente en la Unidad Tapachula de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), y fue director general de la institución de 1998 a 2008, entre otros cargos. En entrevista, a grandes rasgos nos relata cómo se ha enfrentado la problemática de las moscas en los cultivos mexicanos, pero cómo también son de utilidad para el avance de la ciencia en cuanto al conocimiento del ciclo de vida humano.

En este ocaso sagrado de octubre,
quisiera escribirte sentado en la fuente
una carta con tinta roja que encubre
el fuego voraz que consume mi mente...

Fotografía. Patricia Carricart, Rodrigo Verónica, Manuel Weber
Idea original. Patricia Carricart
Asesoría. Neptalí Ramírez