Educación ambiental y participación-acción para adolescentes

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Paulina Uribe Morfín

Resumen

En la educación ambiental se reconoce que la participación de diversos sectores es indispensable para atender la crisis ambiental en la que estamos inmersos.





En la educación ambiental se reconoce que la participación de diversos sectores es indispensable para atender la crisis ambiental en la que estamos inmersos. Se sabe que las acciones de sujetos aislados son valiosas, pero insuficientes. La propuesta que muchos educadores ambientales hacen es que encontremos vías de participación conjunta, así como espacios valiosos para la participación o transformación del medio.1

Un ámbito privilegiado para ello es la escuela. Sin embargo, en las aulas existen retos particulares para que las alumnas y alumnos comprendan de manera integral la relación que hay entre ellos (nosotros) y su (nuestro) entorno natural. Varios retos tienen que ver con una rígida estructura curricular que continúa planteando el conocimiento de manera fragmentada y no integral. En este documento expongo algunos aspectos de la experiencia de implementación de un proyecto de educación ambiental, el cual fue dirigido por la Asociación Civil Signos Irapuato en una secundaria de Guanajuato.

En dicho proyecto, realizado durante los ciclos escolares 2013 y 2014, nos propusimos generar espacios de participación y acción (y por supuesto, de aprendizaje) para que los estudiantes fueran más allá del conocimiento escolar y se interesaran en un problema socioambiental comunitario, así que nos avocamos en la comprensión de las causas de la contaminación y el deterioro del río Silao. Explicaré el modelo de participación ambiental y las estrategias didácticas usadas, y expondré algunas reflexiones finales sobre la importancia de considerar la participación y la transformación ambiental desde la mirada de las y los adolescentes.

Modelo de participación-acción

El modelo de participación que seguimos2 nos propone llevar a los estudiantes por un proceso educativo en el que consoliden su papel como actores ambientales, es decir, como sujetos que poseen una formación crítica y un peso político específico. La ruta para llevar a cabo dicho modelo fue delimitada en el proyecto piloto “Guardianes del río Silao”3 y elaborada especialmente para la Secundaria General número 4 en Irapuato. Aunque el modelo está planteado de forma lineal, sabemos que, como todo proceso educativo, tiene fases de ida y vuelta. Por tanto, se pensó como una espiral de formas de participación con diferentes grados de conocimiento y acción, y cada una de estas se acompañó de estrategias pedagógicas diversas que explicaré más adelante.

En principio, se plantea una participación en tres niveles. Primero, se considera una intervención simple a modo de ayudantes o colaboradores, en la que es suficiente que los chicos realicen actividades remediales (limpiar el río Silao u otras acciones semejantes).

Una segunda forma de participación más informada y comprometida se entiende como gestores o protagonistas ambientales, por medio de la cual los adolescentes logran asumir funciones establecidas o formarse una visión integral (por ejemplo, prevenir que el río Silao continúe como un espacio urbano sucio o peligroso).

Finalmente, se pretende alcanzar una participación más integral en la que los alumnos puedan ser actores con una formación crítica. En este nivel, los adolescentes deben manejar argumentos y estrategias suficientes para que sus propuestas tengan un peso político, configurándolos como interlocutores frente a otros actores (maestros, padres de familia, directores, funcionarios públicos); por ejemplo, participar con las instancias municipales para la gestión de una comisión de vigilancia, control y manejo del río Silao y su cuenca.

Estrategias didácticas

1. Talleres de aula:


Los talleres se clasificaron de acuerdo a dos cuestiones: sensibilización y formación. Los primeros tuvieron como objetivo generar interés en el tema del río Silao, mientras que los de formación buscaron que las alumnas y alumnos fueran capaces de generar conocimiento sobre él. Uno de los tópicos fue “El río Silao a través del tiempo”. En diversas sesiones de trabajo, escucharon y leyeron historias sobre el río de su ciudad, organizaron una serie de fotografías antiguas y las compararon con imágenes actuales (encontraron que en lugares donde estuvo el río ahora hay vialidades). También entrevistaron a familiares y amigos sobre historias o anécdotas que tuvieran que ver con el Silao. Finalmente, con el fin de relacionar este ejercicio con la materia de español, elaboraron una nota periodística acerca de algún tema cercano al río o la ciudad. 


2. Observaciones en el río Silao:

Las salidas a conocer el río se hicieron a pie desde la escuela (el cauce se encuentra a 700 metros del plantel). Para algunos alumnos es un lugar de tránsito cotidiano, pero para la gran mayoría es un territorio desconocido, inóspito o inseguro. Esta estrategia fue empleada para que tuvieran la posibilidad de comprender, conocer y atender, desde la escuela, su entorno socioambiental más cercano. Las visitas se hicieron en compañía de una cuadrilla de Protección Civil del municipio, y algunos de los temas revisados se relacionaron con el conocimiento del río a través de su agua, flora y fauna e incluso de su basura. Cada una de las sesiones de observación se acompañó de una guía de trabajo que estaba relacionada con las materias de biología, física y química.


3. Cartografía participativa:


Esta metodología también es conocida como “mapa verde” o “green map”, cuyo aporte principal es su capacidad para hacer concreta la representación del espacio y del territorio por medio de íconos. En la elaboración de croquis y mapas del río Silao, los alumnos identificaron y reconocieron los diversos elementos de su entorno vinculados con el espacio social, el espacio construido y el espacio sentido. Los mapas funcionaron como diagnóstico del territorio (crearon un mapa de lo que observaron) y también pueden ser usados como planes de acción (hicieron un mapa del río que sueñan tener). Los temas de estudio se ligaron a la materia de geografía.


4. Comunicado del conocimiento:


La estrategia está pensada para que las y los estudiantes sean capaces de compartir su experiencia con otros compañeros, pero principalmente para dar a conocer y dialogar con las personas encargadas de la dirección de la escuela, supervisores o supervisoras escolares, funcionarios públicos municipales o personal de las organizaciones gubernamentales que financiaron el proyecto. Por medio de una sesión plenaria y de la presentación de las actividades realizadas, los alumnos ganaron un espacio de diálogo e intercambio con otros actores.

Reflexiones finales

El principal acierto del proyecto “Guardianes del río Silao” fue la posibilidad de salir caminando desde la escuela hasta el río. La observación directa, la construcción de nuevo conocimiento y la comprensión integral de la problemática socioambiental del río, no sería posible sin esta oportunidad. Nos invita a reflexionar sobre la factibilidad de que las nociones y las prácticas ambientales sean elementos transversales concretos a todo el currículo escolar.

Es importante señalar que hay cambios muy acertados en las políticas públicas en educación ambiental, así como en los planes de formación escolar de secundaria;4 sin embargo, aún se debe trabajar en la transversalidad de los temas ambientales para que el conocimiento trascienda hacia la vida cotidiana de los adolescentes y su relación con la sociedad.

Como bien señaló Paulo Freire, no podemos olvidar que el conocimiento tiene una carga ética o de valor y una actitud para vivir y desarrollarnos. De ahí que la educación ambiental nos invita a replantear nuestra forma de conocer y comprender el mundo, marcadamente antropocéntrica, por un paradigma que articule los elementos ambientales desde lo local hasta lo global. Para lograrlo, es necesario probar nuevos espacios de conocimiento y aprendizaje que además de contribuir en la construcción de un pensamiento ambiental integral, promuevan la participación y formación ciudadana de los adolescentes.

Cualquier sociedad que quiera llamarse ambientalmente responsable y sustentable, debería considerar como fundamental la preparación de sus miembros jóvenes y la construcción de espacios de aprendizaje en los que ellos puedan articular el conocimiento escolar con la realidad. Tenemos la certeza de que los muchachos se identifican plenamente con los espacios públicos naturales y construidos, y buscan que estos sean más saludables, seguros y agradables. Les interesa participar en el desarrollo de ciudades más sustentables, de modo que su capacidad de cambio y transformación podría (debería) capitalizarse, con gran fortuna para todos, para generar alternativas que hagan posible habitar nuestra Tierra de manera más respetuosa y pacífica.





1Reyes, Javier (2014). Conferencia dictada en el V Coloquio Nacional de Estudiantes y Egresados de Programas de Educación Ambiental, realizado del 19 al 21 de junio del 2014 en la UPN 095 de la ciudad de México.

http://www.uaq.mx/servicios/vinculaciontecnologica/AgendaMas/doc/Conferencia.pdf

2El modelo fue elaborado por Javier Reyes y formó parte de los documentos de trabajo del Diplomado de Fundamentación Educativa. Centro de Cultura Ambiental e Investigación Educativa. Impartido entre agosto 2012 y marzo 2013. Una primera versión del modelo puede consultarse en: Reyes, Javier (2010). "Gabriela y la participación social", en: Hurtado, M. y C. Guadarrama. Cultura ambiental. México. Editorial Trillas e Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos.

3Más información del proyecto en: http://signosirapuatoac.wix.com/signos-irapuato#!signos-irapuato/mainPage

4La Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales-Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable, mediante el acuerdo 592 de la Reforma Integral de la Educación Básica, delimitaron los lineamientos estatales del campo dos de Educación Ambiental; con ello se busca el desarrollo de competencias que impulsen una cultura ambiental caracterizada por una relación armónica entre los actores sociales y la naturaleza.





Paulina Uribe Morfín es investigadora posdoctoral en el Posgrado en Educación Ambiental de la Universidad de Guadalajara y directora de la Asociación Civil Signos Irapuato (puribemorfin@gmail.com).





Ecofronteras, 2016, vol. 20, núm. 57, pp. 10-13, ISSN 2007-4549. Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx

Palabras clave: educación, ambiente, escuelas, entorno

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