¿Cuánto esfuerzo y satisfacción implica ser mujer en la academia hoy en día?

¿Qué retos se presentan de cara al futuro?

Con la participación de académicas de ECOSUR;

Modera la Dra. Azahara Mesa Jurado.
Foro abierto 6, 7 y 8 de marzo

58 opiniones en “¿Cuánto esfuerzo y satisfacción implica ser mujer en la academia hoy en día?”

  1. Con relación a la pregunta de ¿Cuánto esfuerzo y satisfacción implica ser mujer en la academia hoy en día? Yo quisiera opinar que en el campo de mi conocimiento, la biología, no he encontrado barreras para mi desarrollo académico. A lo largo de la carrera y en la asignación de trabajos laborales, nunca fue base de descalificación el hecho de ser mujer. Incluso, yo llegué a salir a campo con unos 40 compañeros hombres y sólo yo como mujer y nunca tuve conflictos con los compañeros. Yo creo que en el ambiente académico en el que me he desarrollado, el ser mujer no me ha implicado mayor esfuerzo y satisfacción que la que pueden tener los compañeros del sexo masculino. Quizás donde hay desventaja es en la atención de lo académico y lo familiar, ya que la carga del hogar de alguna manera se orienta más hacia la mujer y aunque nuestra pareja nos ayuda, eso es tal cual “nos ayudan” asumiendo que la responsabilidad es de la mujer. Eso si nos pone en desventaja, pues hay que vivir la vida, trabajando en dos pistas

  2. Academicamente me parece que el gran reto no es para mi un asunto de genero sino un asunto de falta de cultura colaborativa. Me gustan los equipos mixtos pero observo que los hombres se entienden mejor con hombres y las mujeres con mujeres en general. Si puedo ver en las generaciones anteriores (mas de 60 años) colegas machos, incapaces de colaborar con mujeres de manera horizontal. Para mi lo mas dificil del machismo, es el trabajo de campo; no sentirme segura en el campo sino voy acompañada de hombres.

  3. Hola bueno, me acuerdo cuando estaba esrudiando el doctorado, que mi abuela estaba algo confundida porque veia que yo seguia estudiando y ningun plan de fromar familia, etc…, y bueno le comente que antes de formar familia es importante realizar tus suenios, conocerte a ti misma y asi fue, mi abuela me agredecio mi sinceridad, y hasta la fecha pues le gusta que yo haga lo que me guste, bueno mi explicacion es valida para cualquier persona no solo mujeres, pero en un tiempo se le pedia o pide mas a la mujer, por el hecho de ser mujer.

  4. Supongo que el tema de las salidas a campo en las riesgosas circunstancias actuales es todo un tema…

  5. Acatando a la pregunta, desde mi profesión como Oceanóloga, no recuerdo que tuviera que esforzarme más que mis compañeros varones para lograr las metas académicas que me proponía. Sin embargo, las actitudes machistas están tan normalizadas que muchas veces no nos damos cuenta de ellas (chistes, doble sentido, lenguaje, etc.). Considero que en el día a día nos enfrentamos a esos micro-machismos, que si bien son sutiles pueden llegar a tener consecuencias graves en la vida laboral de todas nosotras.

  6. Tuve un padre que me empoderó cuando niña, así que me la creí. Yo estudié Biología pesquera en la Univ. Aut. de Sinaloa y en las clases había siempre muchos más hombres que mujeres (por ejemplo, 35 hombres y 5 mujeres). En el campo nunca tuve problemas con mis compañeros; en las clases si, porque había que escuchar sus chistes machistas y de doble sentido. Una vez que entré a trabajar -en diferentes espacios e instituciones- si he sentido cierta agresión porque por ejemplo, algunos compañeros simplemente me han tratado de anular cuando un comentario mío no les grada: alzan la voz (innecesariamente) o tratan de ridiculizar mi comentario. Ya me acostumbré a ello, no me siento víctima. Ahora con respecto al trabajo de campo: en la zona maya de Quintana Roo (desde el año 1998) era difícil entrevistar a mujeres porque de acuerdo a usos y costumbres de esa zona, si llegas a una casa, te recibe y responde tus preguntas el varón o jefe de la casa. Era fácil de platicar y entrevistar a mujeres que eran las jefas de familia, así que ideamos estrategias para visitar las casas cuando el varón se encontraba fuera del hogar. En un tema relacionado, acerca de escuchar opiniones de hombres, si tienen tiempo, les invito a revisar esta reflexión de Javier Raya: «Por qué No soy Feminista» https://medium.com/@javier_raya/por-qu%C3%A9-no-soy-feminista-e1addd54b35f

  7. Pues para mí como mujer mi mayor reto ha sido combinar mi carrera profesional con el cuidado de mis hijxs. Afortunadamente y en la mayoría de los casos me he encontrado con personas empáticas y con instituciones que comprenden esta dualidad.
    Recuerdo que una vez, una estudiante me dijo que yo era su ejemplo de lucha y persistencia…me sentí muy halagada y al mismo tiempo muy comprometida…pienso que una carrera como la nuestra y tal vez sin pensarlo y sin desearlo, también marca otras vidas…

  8. En mi caso sí he sentido en numerosas ocasiones las diferencias de género en el trato, tanto en la etapa de estudiante como en la académica y personal. Soy Ingeniera Agrónoma, y me tocó ver como muchos de mis profesores hacían chistes machistas en clase, como por ejemplo que nosotras nos deberíamos dedicar a la jardinería. También comentarios de mis compañeros de clase donde se jactaban de que algunos profesores les habían confesado que cuando no había chicas guapas en el salón no se inspiraban para dar clase. Por ejemplo, un profesor comentó que las fichas que tenía de las estudiantes (eran en papel y con fotografía), las «ordenaba» según su escala de belleza. Para mi fue algo denigrante y nunca quería quedarme sola con ese profesor. De manera general siempre tuvimos el apoyo de nuestros compañeros de clase, aunque había excepciones de algunos muy machistas…
    Cuando iba a campo en prácticas, ya siendo ingeniera, y me presentaban con los productores, siempre pensaban que yo era la asistente del hombre con el que iba… y nunca me estrechaban la mano.
    Como han comentado otras compañeras, donde sí siento una gran diferencia es a la hora de salir a campo, una vez tuve que cancelar una salida completa porque mi colega masculino que iba a acompañarme se enfermó… me dio muchísima impotencia tener que cancelar la salida, pero era consciente de que como mujer, salir sola a campo era muy arriesgado…
    También me ha tocado que al tratar con algunos funcionarios de dependencias de gobierno con los que tengo que relacionarme para obtener datos o trabajar de manera transdisciplinaria no ha faltado el que me hayan hecho comentarios inapropiados, escribiéndome mensajes a mi correo, teléfono celular o whatsapps totalmente fuera de contexto y para nada relacionados con el tema de trabajo, teniendo que llegar a bloquearlos. Esas situaciones llegan a ser muy incómodas y siento que ese tipo de actitudes no tienen que sufrirlas mis compañeros de manera general… y lo peor es que también me ha tocado escuchar comentarios de «bueno, piensa que es una ventaja que tienen las mujeres, así pueden conseguir más información o un trato más favorable…». Afortunadamente, con los colegas con los que trabajo siempre me han tratado de manera equitativa y respetuosa, pero siempre hay alguien que no…
    Un comentario que también me molesta mucho es cuando presentan algún tribunal o mesa presidencial y dicen: «Para cumplir con la equidad de género en nuestro tribunal tenemos a la Dra tal o cual…» ¿Perdón? Creo que esa persona está en esa mesa presidencial o jurado por sus propios méritos y no solo por cumplir con una cuota de equidad de género…
    Y por último, lo más complicado para mí es la conciliación familiar… compaginar mi embarazo y la crianza con apego de mi hijo me está resultando muy complicado debido al sistema de evaluación que tenemos… Recientemente salió un estudio realizado en países nórdicos donde achacan la brecha salarial entre hombres y mujeres a los hijos… es decir, una mujer con hijos será menos valorada y quizá no la contraten por el «riesgo» de que produzca menos o se ausente más por tener la responsabilidad de cuidarlos.
    Por otro lado, la satisfacción que siento cuando muchas de mis estudiantes me dicen que soy un ejemplo para ellas y que les he ayudado o he sido guia en alguna de sus etapas de formación o para su vida personal me hace ver que soy privilegiada por poder cumplir mi vocación… me encanta lo que hago, disfruto mucho mis logros y agradezco a todos mis compañeros y compañeras el trabajo conjunto que hacemos para lograr tener una mejor sociedad y mundo en el que vivir… queda mucho por hacer y me encanta ver como muchos de nuestros compañeros hacen suya la lucha por alcanzar condiciones equitativas para todos. Sin duda ser mujer en la academia implica esfuerzos, pero la satisfacción es muy alta.

  9. Totalmente… en mi caso no salgo a campo si no me acompaña un colega varón… desgraciadamente la situación es muy seria y no me merece la pena arriesgar… pero eso hace que al final quedas sujeta a la disponibilidad de que alguien te pueda acompañar…

  10. Azahara, es interesante el estudio que mencionas de los países nórdicos, pues algunas personas tenemos la idea de que justamente en los países nórdicos, los temas de género son algo cercano al paraíso, ¡pero no siempre, al parecer!

  11. A mi desde la tesis de licenciatura me han formado mujeres, una de ellas madre soltera y la otra esposa y madre de dos hijos que al igual que Maritel y Azahara, son ejemplo para sus estudiantes y de verdad que inspiran, da mucha satisfacción formarte con alguien así, ahora que me toca estar del otro lado, no me he sentido ni discriminada ni en desventaja en la vida académica, quizá tenga mucho que ver con la linea de investigación y que en mi caso siempre ha sido mas de laboratorio. sin embargo fuera de la vida académica algunos parientes me han llegado a decir un «pobre de ti, de que vas a vivir si no tienes un esposo» o «como se te ocurre irte a vivir sola no te van a respetar».

  12. Cuanto esfuerzo implica ser mujer en la academia… Actualmente estoy fuera de Ecosur, estudiando el doctorado en el extranjero, con beca del Conacyt, y al final de los cuatro anios, ni un dia mas, tengo que presentar la tesis y una o varias publicaciones. Ser estudiante con una beca raquitica, madre y con pocas redes de apoyo para el cuidado de los hijos es complicado en un pais diferente al tuyo. Sobre todo porque al final las universidades evaluan el desempenio sin tener en cuenta las circunstancias personales. Asi es que al igual que algunas de las opiniones de este foro, mi mayor reto es cumplir con los plazos y disfrutar esta aventura con mi familia.

  13. Esta pregunta me lleva a pensar primero en el esfuerzo que la mujer hace en cualquier tipo de trabajo, no solo en el marco de la academia. Pienso que hay dos variables que analizar, una es el esfuerzo que se hace primero para insertarse en cualquier tipo de trabajo, por los prejuicios que existen para contratar mujeres. La segunda variable es el esfuerzo que tenemos por las tareas adicionales que vienen de nuestra participación en cualquier hogar, no importa si es uno hija, hermana, esposa o madre. Algunos dirán que hoy en día estamos muy avanzados en eliminar esos prejuicios y en establecer reglas que hacen la participación de hombres y mujeres más equitativa dentro del hogar. Sin embargo, analizando cómo se dan los hechos dentro del ámbito académico, me doy cuenta que aún nos falta mucho para lograr que el discurso se materialice en acciones. Parecería que las personas que estamos dentro de la academia somos más vanguardistas, pero a lo largo de mi trayectoria por este camino, he visto como se siguen dando casos de discriminación, que la misoginia está muy presente, aunque no se manifieste tan abiertamente como en otros ámbitos, y me imagino lo duro que será para las mujeres que trabajan en otro tipo de empleos.
     
    Por otro lado, cuando pienso en la pregunta de qué retos veo de cara al futuro, me tranquilizo un poco, pues la verdad poco a poco la mujer esta ganando terreno en el ámbito académico. Cada día veo como el número de estudiantes mujeres es mayor dentro de las aulas donde imparto clases, cada día veo con agrado, que el trato entre los jóvenes de ambos sexos es más equitativo y de igual a igual. Entonces me doy cuenta que se ha avanzado en la formación de niñas, niños, y jóvenes que perciben de manera diferente las relaciones entre hombres y mujeres y que, donde hemos estado atorados, es en cambiar la forma de pensar de generaciones anteriores. Muchas de las personas que seguimos en la academia somos de estas generaciones, entonces por eso es que aun el esfuerzo para las mujeres sigue siendo mayor, pero estoy segura que el remplazo de nosotros en los años por venir, que ya está cerca, dará oportunidades a estas nuevas generaciones y el cambio será un beneficio para todas y todos.
     
    Y con respecto a la satisfacción, pienso que hacer lo que nos gusta nos da una satisfacción enorme, por eso pienso que en la academia tenemos niveles de satisfacción muy altos comparados con muchos otros tipos de trabajo, donde sólo se tiene la oportunidad de ganarse el sustento de cada día. Lo anterior, me lleva siempre a la conclusión de que no importan las adversidades que nos presenta nuestro sistema, a fin de cuentas, en la academia no podemos quejarnos de nuestro trabajo, ¡Nos pagan por hacer lo que nos gusta!
     

  14. Me parece que somos un grupo privilegiado de mujeres, ya que tenemos una formación académica y eso nos da una visión de la vida mas igualitaria y en este sentido nuestros compañeros de vida son mas sensibles y asumen funciones activas dentro del hogar. Pero siento que esto nos aleja de la realidad cotidiana de millones de mujeres, en particular mexicanas y en general en el mundo, de esposas de obreros o empleados con uno o dos salarios mínimos, cuando tienen empleo fijo, y las cuales no han tenido la oportunidad de estudiar una carrera y crecieron en un ambiente dominado por el machismo. Su realidad es mas cruda y agobiante. Se requieren procesos de empoderamiento de las mujeres, y combatir el machismo donde quiera que se encuentre.

  15. Rosa Elba:
    Tu comentario sobre las redes de apoyo me parece más que pertinente. No importa en qué ámbito laboral nos desempeñemos, si no contamos con redes de apoyo (esencialmente de otras mujeres), la situación siempre es más complicada.

  16. Recapitulando entre los temas que se han mencionado vemos que alguno de los retos (esfuerzos) serían:
    – Falta de cultura colaborativa
    – Conciliación familiar (aún existe una tendencia a cargar sobre la mujer la responsabilidad del hogar y los hijos)
    – El papel tradicional de la mujer (aún se sigue cuestionando que debe casarse, dedicarse a «cosas de mujeres», no nos toman en serio si no hay un hombre que nos acompañe)
    – Los riesgos que implica ser mujer en campo
    – La falta de oportunidades en diversos ámbitos o inequidades
    – El uso de lenguaje y comportamiento machista
    – El sistema académico tanto para investigadoras y estudiantes no tiene en cuenta a la hora de evaluar las distintas circunstancias que presentamos por el hecho de ser mujeres (madres, cuidadoras de familiares, etc)

    Y algo en lo que estamos de acuerdo, es que la satisfacción de ser mujer en la academia es alta a pesar de los esfuerzos y reconocemos que tenemos situaciones privilegiadas respecto a la situación de las mujeres en otros sectores y en otros contextos.

    Me gustaría que pudiéramos aportar qué estrategias han podido llevar a cabo para poder hacer frente a estos retos, qué podemos recomendar a otras compañeras, estudiantes, técnicas que nos leen… qué nos ha funcionado o qué no.

  17. Si bien no soy académica, me invitaron a participar así que aquí va mi opinión… la mayor parte de mi carrera la he hecho en instituciones académicas, al igual que Minerva mi padre me empoderó de niña e igual me la creí, de allí mi preferencia por trabajar en ECOSUR, porque aquí he encontrado más sensibilidad y más deseo de parte de los varones por la equidad. Sin embargo, como mujer profesional en la academia en el puesto que desempeño en esta mi quinta incorporación a ECOSUR, con frecuencia observo que se asumen roles que las mujeres debemos hacer como llevar la minuta, conciliar, inclusive pensar en que debería de haber café y galletas, y no todas las veces esto lo asumen los varones, también nosotras lo hacemos. El manexplaining, los chistes misóginos, la relevancia que tienen las palabras, en determinado grupo de trabajo, cuando las dice una mujer vs cuando las dice un compañero es otra constante. Mi trabajo me gusta, me divierte y me siento la mayor parte del tiempo satisfecha pese a los esfuerzos que sean. Creo que no existen o no se considera la construcción social de los cuidados que, finalmente, nos tocan a las mujeres como madres, en mi caso como hija, en las políticas laborales, lo que en mi opinión es otra forma de violencia para nuestro género.

    Personalmente, aunque este foro me da esperanzas, no veo en ECOSUR intentos genuinos o espacios en los que se aborden comportamientos como cita Vero micromachistas o de plano misóginos, mucho menos políticas laborales como acciones afirmativas.

  18. ¿Cuánto esfuerzo y satisfacción implica ser mujer en la academia hoy en día?
    ¿Qué retos se presentan de cara al futuro?

    Esfuerzo: En mi campo de Estudio, la gerencia/administración, en la academia, me es igual el esfuerzo a hacer que el de los hombres. Sin embargo, en el trabajo es diferente. Es difícil ser aceptada como igual a un hombre. Si demuestras capacidad, las mentes se distraen, pero si piensas un poco o en algún momento te equivocas, se dice «es que es mujer», cuando como humanos, tanto hombres como mujeres cometen errores y pueden tener un espacio para pensar. Esto es efecto del machismo. De acuerdo a la cultura de cada persona se toma con respeto o no a la mujer. Aún falta mucho por tener una igualdad en este tema.

    Satisfacción: El esfuerzo tanto en academia como en trabajo resultan en algo satisfactorio, aunque me gusta más el que siento en la academia pues ahí desarrollo ideas nuevas.

    El tema de seguridad es crucial en academia y en trabajo, pues en ambos, al salir a la calle ciertamente debes estar blindada con un coche o caminando con alguien a tu lado. Jamás salir con tacones o vestida elegantemente porque es no es tan posible resultar ileso (asaltos, agresiones verbales, violaciones)

    Retos: Conservar siempre un nivel económico bueno, para seguir desempeñándome sin el miedo a estar en una esfera de baja cultura (que discrimine a la mujer) ni en espacios peligrosos (caminando por la calle).

  19. He disfrutado mucho la vida académica desde mis años de estudiante de biología como cuando me convertí en profesora e investigadora. Siempre he tenido la fortuna de estar acompañada de mujeres fuertes, audaces y bien preparadas, en mi familia ya eran así de varias generaciones atrás, ni decir de mis amigas y compañeras de estudios, estudiantes, profesoras, colegas y autoridades institucionales, que me sirvieron y sirven de ejemplo y nunca han dejado entrever que ser mujer es una limitante. Tal vez por eso las diferentes facetas del trabajo académico de una ecóloga acuática como es ir al campo, trabajar en el laboratorio, ser profesora, liderar proyectos y grupos siempre fueron tareas factibles y gratificantes. Sin embargo, más recientemente sí he notado ciertas tendencias en cómo se percibe o responde ante la opinión de un colega hombre o mujer, cuando las asignaciones a los estudiantes las dicta un hombre o una mujer, pareciera que en ocasiones las palabras del hombre se oyen más claras y deben ser atendidas de inmediato, sin cuestionar. Percibo que en esta parte del mundo, se espera un rol algo maternal de la mujer en el campo profesional que choca con la mujer que exige calidad y resultados. Para mí ha sido un reto, que en ocasiones mis palabras no se escuchen con suficiente claridad y haya que repetirlas varias veces. Creo que es algo a lo que debemos prestar atención en nuestro quehacer académico, para evitar sesgos y promover la equidad.

  20. En cuanto a mi historia académica, debo decir que he tenido la fortuna de trabajar con colegas que siempre han sido respetuosos y han valorado mi esfuerzo y trabajo en esos términos sin hacer distinciones por ser mujer.
    Sin embargo, en una ocasión me encontré en la situación en donde no fui seleccionada para una estancia para hacer trabajo de campo, en la que aparentemente no se me consideró por ser mujer, aunque no me lo dijeron en esos términos. Esto me lleva a pensar respecto a cuántas veces nos encontramos en situaciones en las que se nos discrimina por ser mujeres, pero se maquilla con otros argumentos, o en cuántas de nuestras formas y actitudes modificamos, muchas veces sin darnos cuenta, para ser tomadas «en serio»…

  21. Claudia, expones varios puntos con una claridad admirable y comparto totalmente tu reflexión. ¡Cómo importan situaciones aparentemente menores, como el rol de tomar la minuta o considerar el café de la reunión, hasta los grandes temas de acciones afirmativas, como las apremiantes circunstancias de las madres con hijos pequeños!

  22. Compañeras, muchas gracias por sus reflexiones sinceras y elocuentes.

    Por si no lo conocían, les comparto este estudio que realizó hace años Helda Morales…»Entre la vida académica y la vida familiar: retos y estrategias de investigadores del sur de México» http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=33901111. Fue cuando nuestro hijo estaba chico y nos estaba pesando mucho el tema del equilibrio entre la vida académica y familiar. ¡Sería interesante repetir la encuesta!

  23. Para mí ser mujer en la academia ha sido un gran reto que ha modificado mi forma de ver la vida. El estar alejada de mi familia durante estos años de estudios de doctorado, me han hecho valorar la importancia de cultivar las relaciones personales y de ser cada día más responsable con las obligaciones que impone el pertenecer a un programa de estudios reconocido a nivel internacional por su alta calidad científica. Como estudiante extranjera he tenido diversas experiencias enriquecedoras en México, que me han fortalecido como persona y que me han dado las herramientas necesarias para tener una mayor ecuanimidad y tolerancia ante algunas situaciones que se me han presentado. Como mujer he tenido la suerte de ser acogida con respeto y afecto en los diferentes contextos en los que he tenido la posibilidad de interactuar, durante el desarrollo de las diferentes etapas de mi investigación. También agradezco el tener una directora de tesis que me ha apoyado en todos los sentidos y de la que creo que es un ejemplo a seguir por su dedicación, preocupación y entrega con sus estudiantes. Aunque considero que el reconocimiento del papel que juega la mujer en el desarrollo de la sociedad aún sigue siendo una asignatura pendiente, México actualmente representa uno de los países de América Latina que realiza numerosos esfuerzos para resolver esta problemática. La implementación en este país de un sistema nacional de becas y de otros apoyos para promover el desarrollo profesional de las mujeres ha permitido que alguna de nosotras, sin importar la nacionalidad que tengamos, hoy estemos haciendo ciencia y ocupemos posiciones claves dentro del quehacer académico.

  24. ¡Me ha gustado mucho leerles!
    Yo no creo haber vivido algún tipo de discriminación, trato especial o favoritismos por ser mujer. Pero bueno también he dicho en más de una ocasión, que tal vez ni cuenta me he dado. Quizás sólo una vez sentí esa trato diferente, pero me dio risa y al final resultó que la tarea si fue mejor hecha por un compañero, y aunque yo lo volví a intentar no pude hacerlo; claro que puede que otra mujer si lo hubiera logrado; entonces al final se me negó una tarea no por ser mujer, si por no tener la habilidad. En algún momento he sentido dificultades como reprobar materias, artículos rechazados, propuestas de financiamiento rechazadas, o propuesta de maneras de trabajar tomadas parcialmente, sin embargo no lo atribuyo a la condición de ser mujer, mis logros tampoco es porque se me haya favorecido por ser mujer.

    Creo que hay quienes quieren abusar de la confianza que otorgas en muchos sentidos (no sólo en aspectos de una relación sexual) y lo intentan tanto hombres como mujeres, sin embargo creo cuando uno está claro que quieres y hasta donde quieres llegar pones un alto. A veces duele porque eso significa romper relaciones queridas, pero no puedes permitir que se den situaciones que te hacen sufrir o sentir mal continuamente. Me gusta el pensamiento budista que dice que es natural sentir todas las emociones (felicidad, ira, envidia, depresión, tristeza, etc), pero de ti depende cuanto tiempo quieres sentirlas.

    Posiblemente, coincido en que la mayor dificultad en la vida profesional es conciliar los compromisos del trabajo con las labores del hogar y el cuidado de los hijos, pero las redes de apoyo, la flexibilidad de acomodar el horario de trabajo que tengo en ecosur y la comunicación franca y abierta con mi pareja, me ha permitido sentirme plena y contenta con lo que hago, tanto en casa como en el trabajo. Posiblemente si es un privilegio de la mayoría de las mujeres que trabajamos en ecosur.

    Pienso que nada se te da sin esfuerzo, y que es imposible tener todo lo que quisieras, a algo tienes que renunciar todos los días, y me adhiero al dicho «no podemos hacer todo lo que queremos, pero si podemos dejar de hacer lo que no queremos».

    Pienso que la lucha mayor es que todo ser humano pueda tener la oportunidad de decidir como quiere vivir, que quieres ser, a que quiere dedicar el tiempo de vida que tiene; pero en ello va implícita una responsabilidad de actuar con conciencia, con atención y compresión de los seres humanos que te rodean.

  25. Desde muy joven he compaginado trabajo y estudios. Dejé mi país para poder hacer lo que me gusta y que me paguen por ello. Sin embargo, el sacrificio ha sido alto. No pude acompañar a mis padres en sus últimos momentos y no pude asistir a sus funerales. En una entrevista me preguntaron si tenía hijos o pensaba tenerlos, a ningún compañero varón le hicieron esa pregunta. Sin embargo, disfruto investigar, conocer, aprender y enseñar. Y ojalá pueda seguir haciéndolo mucho tiempo.

  26. Mi área de trabajo está entorno a la Electrónica. Al principio de mis estudios sentí mucha discriminación por ser mujer y estar estudiando en ésta área. Luego, avanzando en mi carrera profesional he sentido que los hombres que me rodean valoran y respetan que pertenezca al área. Hoy en día, me entiendo muy bien con mis compañeros y he podido establecer buenas relaciones de trabajo con ellos. Pero debo resaltar que, en mi experiencia, las mujeres de mi área son envidiosas con las mismas mujeres. Me ha tocado encontrarme en mi camino con compañeras que hacen lo imposible por quebrantar mi camino (por llamarlo de alguna forma). Para concluir, me rodeo de hombres que enriquezcan mi conocimiento, compartan sus experiencias académicas y entablen un buen ambiente laboral académico. Me alejo de todo aquel que con su forma de ser y su ego no le permita crecer como persona y como ser humano sin importar raza, genero…

  27. Creo que las mujeres dedicadas a la academia que logran ser madre o esposa enfrentan retos que la mayoría de los hombres no. Tal como Susana Ochoa-Gaona menciona «trabajar en dos pistas» considero, requiere mayor valentía y perseverancia. Además de enfrentarse a los micro y macro machismos en todas las áreas nos exige un mayor esfuerzo para ser respetadas por nuestro trabajo. En general creo que todas tenemos mucho de guerreras, incursionamos en un área que antiguamente era solo «terreno de hombres» y lo hemos hecho bien. Sin embargo, hombres y mujeres tenemos la responsabilidad de reeducarnos continuamente en el trato que merecemos: respetuoso y digno. Un saludo fraterno.

  28. Hola de nuevo,
    de igual forma me ha dado mucho gusto leerles, muchas gracias a todas y a Bruce por compartir, bueno yo solo quisiera comentar un poco sobre la discusión en relación al trabajo de campo, bueno yo tengo que decirles que he ido al campo sola con estudiantes mujeres y hombres, o en ocasiones solo con estudiantes mujeres, pero lo que he hecho siempre es que contacto a la gente del lugar, y eso es valido para todos académicos o académicas, cuando llegas a un sitio a muestrear contactas a los regidores municipales, o a guias (sabio consejo de mi padre), a gente que conoce el lugar, y por lo general son hombres claro, pero el contactar a la gente del sitio es importantisimo, tienes a alguien que conoce el lugar y todo sale bien, y esto es tanto para hombres y mujeres, y bueno si me ha tocado en que estamos puras mujeres, y solo el guía con algún ayudante, pero afortunadamente siempre me siento segura, talvez el hecho de que desde ninia mi padre decía: una cabeza y dos manos, tanto hombres como mujeres pueden hacer lo mismo, y entonces pues, así ha sido, como académica, y también anteriormente cuando trabajaba recién salidita de la Universidad en la Secretaria de Ecologia del gobierno del estado de Yucatán. Pero quiero contarles de una super mujer, si una super mujer mama de un estudiante mio, que luego se volvio mi tecnico, y que luego trabajó para el municipio de Salto de Agua Chiapas, pues sucede que teníamos un experimento montado en salto de Agua, para llegar al sitio teníamos que pasar en medio del bosque-selva, y yo iba con una estudiante mujer, solas, pero no había ningún problema porque ibamos a ver a mi técnico en la casa de sus padres , «cerca del sito» experimental, pues bueno, sucede que mi técnico no estaba, tuvo que ir de emergencia al municipio, y yo me encontraba de frente con la mama de mi tecnico, una mujer que solo hablaba chol, y a mi lado estaba mi estudiante mujer de la Universidad de Chiapas que tenia que colectar lombrices para su tesis, pues bien, me comunique con como puede, y la señora agarro su machete, y así como estaba con su falda, nos lanzamos las tres al sitio experimental, lo que implicaba caminar (bastante) subir montaña, y caminar y caminar, la señora fue nuestra guía, y lo hizo de maravilla, y yo me sentía, hiper impresionada (saltamos arroyos, subimos, bajamos), wow!!! y mi estudiante colecto sus lombrices, checamos el sitio y nos regresamos, todo bien! 🙂

  29. Hola Lydia! Coincido contigo en que a veces las propias mujeres tenemos comportamientos que pueden obstaculizar (o criticamos) el camino de otras compañeras, justo hace un rato lo hablábamos varias compañeras de Ecosur. Creo que las redes de apoyo, y tener empatía entre nosotras puede ayudarnos mucho a superar muchos de los retos que como mujeres nos encontramos. Gracias por tu valiosa aportación a este foro!!

  30. Hola de nuevo! Me gustaría contarles algo que justo me ha pasado hoy… (anecdóticamente el 8 de Marzo). Me invitaron a ir a una televisora local para hablar del día de la mujer… antes de la entrevista la persona que me iba a entrevistar me preguntó mi nombre y de donde venía, le dije que trabajaba en Ecosur y que era investigadora… Me dijo que de qué iba a hablar, y le respondí de por qué se conmemora el día 8M y de mi experiencia como mujer en la ciencia… ah! eres científica!, sí… y que tal ves el medio ambiente? tenemos de todo verdad?… yo empecé mi discurso de que bueno… había mucho por hacer, que habían deforestado mucho etc (el señor tenía cada vez menos interés en lo que le platicaba). De repente, me miró de arriba abajo y me dijo: Se nota que eres española… tus ojos, tu linda cara, tu porte… estás bien «piernudita»!!… (En ese momento no supe como reaccionar!!, no daba crédito a lo que me estaba pasando justo antes de comenzar una entrevista en directo sobre el sentido del 8M). Después de eso, le he comentado a varias personas lo que me ha sucedido… y todos me han dicho que le tenía que haber dicho esto o lo otro, que cómo he consentido eso!
    En verdad… me quedé en shock… y así pasa cada día… hoy me pasó a mi… seguramente ahora mismo le está pasando a muchas otras mujeres… y mañana seguirá pasando…
    Por eso y por mil razones más… tenemos que seguir reivindicando.

  31. Me han gustado mucho los comentarios de todas! Gracias! Yo pienso y coincido con ustedes de que el hecho de ser mujer y tener que hacer trabajo de campo sin compañia de hombres nos pone en desventaja debido a la violencia e inseguridad que vivimos actualmente. Otro aspecto que también nos limita es cuando decidimos fomar nuetra propia familia. En mi caso, viví mi embarazo gemelar realizando inventarios forestales en la sierra de Tabasco. El primer trimestre fue «facil», sin embargo, el segundo trimestre fue verdaderamente dificil para mi cuerpo soportar las altas temperaturas, las garrapatas, el caminar en pendiente para llegar hasta los árboles en lo potreros, una que otra caída y hasta amenaza de aborto. Afortunadamente mis bebés venian con tanta fuerza que soportaron junto conmigo el trabajo demandante. Cuando mis hijos nacieron vino otra etapa igual o más dificil que la primera, la crianza y mi reincorporación al trabajo. Mi decisión de querer amamantarlos fue tal que tenia que acomodarme en el baño de mujeres en Ecosur con mi bomba saca leche para poder guardarla y dejársela a mi compañero cuando yo tenía que salir de casa para ir a trabajar. Puedo decir con mucho orgullo que lo logré, que crié a mis hijos con mi leche obtenida con esfuerzo e incomodidades. Aunque en las intalaciones de nuestra institución no haya un espacio tranquilo como para poder realizar estas tareas maternas, las madres que lo desean buscan los medios para lograrlo. Mucha satisfacción me da este relato que les comparto, pues además de realizarme como madre también lo hice como profesionista al lograr mis objetivos para los cuales se me había contratado en ese momento.
    Pienso que sería muy bueno para la comunidad de Ecosur tener algún espacio adecuado para las mujeres que acaban de tener bebé y que continuan laborando en la institución. También pienso que para protegernos en campo estaría muy bien que así como se proporcionan cursos de primeros auxilios, también los hubiera de defensa personal, tecnicas básicas para saber que hacer si un sujeto nos ataca.

  32. Gracias por permitir leer sus experiencias.

    Les cuento la mía desde la antropología y la historia y desde el estatus de estudiante. Para mí, que me embaracé en el inpass de la maestría al doctorado, no fue nada fácil enfrentar la vida académica. No por falta de apoyo por parte de la institución, sino por la total y absoluta ausencia de un mecanismo regulatorio de las situaciones de maternidad en los reglamentos de Conacyt para los programas de becas. El apoyo y la comprensión se delegan a la institución, y en mi caso, no me fue tan mal, aunque tuve que incorporarme a las clases y cumplir como mejor pude las exigencias requeridas antes de las cuatro semanas de haber nacido mi hija para evitar ser dada de baja, pues todavía me encontraba en la etapa con carga lectiva de mi programa, y luego comenzar a ir a campo sola a la sierra Mixteca por breves períodos de tiempo cuando la niña apenas tenía 8 meses, para ir avanzando poco a poco. Pero he escuchado historias de terror por parte de becarias de ciencias puras que se encontraban en proyectos desarrollados en laboratorios…

    Para no extenderme, lo que quiero decir es que el deseo (o el accidente) de ser madre siendo becaria hoy día en México es un handicap importantísimo que le cuesta a no pocas chicas sus carreras. Qué injusto es, sobre todo teniendo en cuenta que entre los 25 y 30 años estamos en nuestro pico óptimo de reproducción. Parece que la exigencia académica opera contra natura.

    Un saludo afectuoso,
    Marta

  33. Gracias por permitir leer sus experiencias.

    Les cuento la mía desde la antropología y la historia y desde el estatus de estudiante. Para mí, que me embaracé en el inpass de la maestría al doctorado, no fue nada fácil enfrentar la vida académica. No por falta de apoyo por parte de la institución, sino por la total y absoluta ausencia de un mecanismo regulatorio de las situaciones de maternidad en los reglamentos de Conacyt para los programas de becas. El apoyo y la comprensión se delegan a la institución, y en mi caso, no me fue tan mal, aunque tuve que incorporarme a las clases y cumplir como mejor pude las exigencias requeridas antes de las cuatro semanas de haber nacido mi hija para evitar ser dada de baja, pues todavía me encontraba en la etapa con carga lectiva de mi programa, y luego comenzar a ir a campo sola a la sierra Mixteca por breves períodos de tiempo cuando la niña apenas tenía 8 meses, para ir avanzando poco a poco. Pero he escuchado historias de terror por parte de becarias de ciencias puras que se encontraban en proyectos desarrollados en laboratorios…

    Para no extenderme, lo que quiero decir es que el deseo (o el accidente) de ser madre siendo becaria hoy día en México es un handicap importantísimo que le cuesta a no pocas chicas sus carreras. Qué injusto es, sobre todo teniendo en cuenta que entre los 25 y 30 años estamos en nuestro pico óptimo de reproducción. Parece que la exigencia académica opera contra natura.

    Un saludo afectuoso,
    Marta

  34. Quisiera contarles un poco de la experiencia vivida durante la trayectoria de estudiante en licenciatura y la maestría siendo a la vez madre.
    Cuando entré a la licenciatura ingrese embarazada, mi primer semestre fue así. Era la “mamá luchona” objeto de burla de muchos en la división. Ese semestre fue difícil en el sentido emocional, no tenía amigos. En el periodo de lactancia un investigador me dijo, que bien te quedaron los pechos después del embarazo los tienes más grandes, no dije nada… no sabía que a él le decían “morbo”. Posteriormente trate de seguir en la licenciatura sin que nadie se enterara que era madre, era mejor así.
    En campo también tuve una experiencia, me iba de campo con una compañera solo ella y yo. En ese momento y en ese lugar ser mujer era una ventaja, la mayoría de los ganaderos son hombres y eso nos facilitaba el trabajo. Pero no pasaba lo mismo con sus esposas, pensaban que les íbamos a quitar a sus maridos, en una ocasión nos tocó escuchar insultos de lo peor de la esposa de uno de los vaqueros.
    En la maestría tuve a mi segundo bebé, cuando me alivié estaba en pleno curso, a los 15 días pasado el parto tuve que regresar a terminar el curso y presentar mi protocolo.
    Todo un reto ser mujer, madre, hija y sobretodo estudiante. Pero en el momento que cumplimos nuestros objetivos es satisfactorio sentir que a pesar de todas las adversidades… lo logramos

  35. Fue un gustazo participar con todas y con Bruce en comentar nuestras opiniones sobre M8 en este espacio. Si, quedan tareas para ECOSUR, como la que menciona Ingrid Abril (y otras acciones más claras!!) y lo que mencionó Susana -en otros ámbitos, muchas mujeres tienen situaciones muy críticas: allí debemos mirar/abonar/trabajar también.
    Gracias Azahara por tu invitación y a quienes nos dieron este espacio -Difusión. Laura: me gustaron tus comentarios y respuestas (las de todas también, pero tu nos hiciste notar ciertos detalles de cada comentario).
    Un saludos afectuoso!.
    Minerva

  36. A mi también me han gustado mucho los comentarios que se han compartido en este espacio, y creo que nos falta tiempo para seguir abonando a las experiencias. Por eso escribo de nuevo. Yo, como dice Susana, en el campo no he sentido discriminación con los colegas y también muchas veces he tenido salidas con puros hombres. Sin embargo en relación con las personas que nos topamos en el campo si he sentido esa discriminación, las ocasiones que he tenido que hacer entrevistas o simplemente hacer alguna pregunta, la gran mayoría de las veces siempre dirigían su respuesta al hombre del equipo y no me tomaban en cuenta. También me sucedió que preguntaban por el jefe del grupo y al salir yo, me insistieron que querían hablar con la persona responsable del equipo, dando por hecho que debería ser alguno de los compañeros. Son cosas pequeñas, pero que no deberían suceder. También quiero decirles que aunque la pareja sea muy colaboradora, hay situaciones en las que el esfuerzo siempre es mayor para nosotras, yo por ejemplo, tuve que posponer mis estudios de Doctorado por embarazo y ya con mi hijo pequeño, se me complicaban mas las salidas de campo y otras tareas. Pero creo que el esfuerzo bien lo vale, disfruto mi trabajo y he podido disfrutar a mis hijos siempre, creo que la academia es mejor lugar que otro tipo de empleo para compaginar las dos pistas, como bien dice Susana!!

  37. Hay mucho por hacer Aza, hoy mismo se están recibiendo muchas felicitaciones (y sin mala intención) pero no es por ahí. Se trata más bien de de construir una sociedad más considerada, diría yo. Mas respetuosa, justa y comprensiva.

    Siento mucho el incidente, lo triste es que quien lo hizo hasta pudo pensar que estaba siendo amable, galante, je. Triste!

    Abrazos y adelante

  38. Hola, mi nombre es Lola, soy antropóloga, madre y sobre todo FEMINISTA. Lo soy porque crecí en un espacio en donde la discriminación y la inequidad eran el pan nuestro de cada día, en San Cristóbal de las Casas, en un bario tradicional, hija de una madre que se asumía ama de casa (aunque siempre buscaba generar ingresos económicos por su cuenta, por lo que era también empresaria) y un padre violento que esperaba que su hijo mayor fuera sastre como él y su hija esposa de alguien, algún día… Sus deseos no se cumplieron, pues afortunadamente mi madre depósito la «esperanza de un futuro mejor» para sus hijos en la educación. Así que vendía empanadas, ropa, etc, etc, con tal de que ese objetivo se cumpliera y lo consiguió. Yo decidí tomar una vida académica porque crecí en un espacio donde los antropólogos, así en masculino, eran seres especiales. Recuerdo muy bien mi admiración por Jan de Vos, quien más adelante se convirtió en un colega mio, así como mi placer de ir a la biblioteca del entonces CIES, en donde hoy se encuentra el Café la Selva. Me interesaba explicar la diferencia, me cuestionaba desde entonces el trato diferencial, las formas particulares de vivir en el mismo mundo por parte de gente tan diferente como los «coletos», «chamulas», «ladinos», «poetas» y otros seres que habitaban los Altos de Chiapas. Me interesaba explicar esa Torre de Babel en la que vivía… Y bueno, la vida en la academia me parece igual de patriarcal que otros espacios. Las mujeres que estamos aquí no somos aún mayoría, pero sí, como varias dicen somos muy afortunadas y se lo debemos a mujeres feministas o si prefieren llamarles mujeres transgresoras que lucharon porque pudiéramos acceder al espacio público y no quedarnos solo en el ámbito doméstico. En la academia nos toca compartir espacio con seres humanos que han tenido la oportunidad de una educación de calidad, pero que no necesariamente cuestionan la diferencia, que incluso no la ven a pesar de ser entrenados para cuestionar… y es que no es fácil cuestionar nuestro propio proceder… Y una máxima importante desde el feminismo es que «lo personal es político»… ahí hay un problema, por eso aún siguen siendo en su mayoría los varones que ocupan los puestos de toma de decisiones y las reglas por lo tanto se emiten así, a partir de la plataforma en la que han aprendido a ver el mundo y por lo tanto, la conciliación entre la vida privada y la vida laboral es complicada. Quienes nos evalúan también lo hacen desde esa plataforma «si yo pude criar tres hijos, publicar y ascender también lo puedes hacer tu»… La diferencia no es sencilla de visibilizar y mucho menos la inequidad…

  39. En lo personal mi equipo por lo general se forma de mujeres (por los temas), pero siempre hay hombres, aunque no los considero importantes para ir a campo. Lo que sí hacemos desde siempre en el Laboratorio de Antropología Ambiental y Género es que siempre vamos en colectivo. Solo en algunos casos, por cuestiones de tiempo o presupuesto suele salir a campo alguna estudiante o algún varón solo. Tratamos de que por lo menos vayan dos personas, justo por cuestiones de seguridad, pero son eso dos personas, que pueden ser dos mujeres. Y sí, en efecto, tengo estudiantes que inicialmente asumen que van «solas» porque no va ningún varón con ellas, pero bueno, eso también lo trabajamos al interior del equipo y después de un tiempo su propia percepción de la situación se modifica. Tengo que reconocer que Campeche es un estado muy seguro para el trabajo de campo. En Tabasco, sí nos tocó en algún momento sentirnos en peligro, en más de una ocasión… y ese es otro aspecto que hay que cuestionar, la violencia… en fin.

  40. En lo personal mi equipo por lo general se forma de mujeres (por los temas), pero siempre hay hombres, aunque no los considero importantes para ir a campo. Lo que sí hacemos desde siempre en el Laboratorio de Antropología Ambiental y Género es que siempre vamos en colectivo. Solo en algunos casos, por cuestiones de tiempo o presupuesto suele salir a campo alguna estudiante o algún varón solo. Tratamos de que por lo menos vayan dos personas, justo por cuestiones de seguridad, pero son eso dos personas, que pueden ser dos mujeres. Y sí, en efecto, tengo estudiantes que inicialmente asumen que van «solas» porque no va ningún varón con ellas, pero bueno, eso también lo trabajamos al interior del equipo y después de un tiempo su propia percepción de la situación se modifica. Tengo que reconocer que Campeche es un estado muy seguro para el trabajo de campo. En Tabasco, sí nos tocó en algún momento sentirnos en peligro, en más de una ocasión, incluso en equipos mixtos… y ese es otro aspecto que hay que cuestionar, la violencia… en fin.

  41. En lo personal mi equipo por lo general se forma de mujeres (por los temas), pero siempre hay hombres, aunque no los considero importantes para ir a campo. Lo que sí hacemos desde siempre en el Laboratorio de Antropología Ambiental y Género es que siempre vamos en colectivo. Solo en algunos casos, por cuestiones de tiempo o presupuesto suele salir a campo alguna estudiante o algún varón solo. Tratamos de que por lo menos vayan dos personas, justo por cuestiones de seguridad, pero son eso dos personas, que pueden ser dos mujeres. Y sí, en efecto, tengo estudiantes que inicialmente asumen que van «solas» porque no va ningún varón con ellas, pero bueno, eso también lo trabajamos al interior del equipo y después de un tiempo su propia percepción de la situación se modifica. Tengo que reconocer que Campeche es un estado muy seguro para el trabajo de campo. En Tabasco, sí nos tocó en algún momento sentirnos en peligro, en más de una ocasión, incluso en equipos mixtos… y ese es otro aspecto que hay que cuestionar, la violencia… en fin.

  42. Durante los trabajos de campo, afortunadamente no he sentido discriminación o groserías, al contrario, he logrado percibir respeto por parte de los hombres. Recuerdo que trabajaba en una instalación petrolera (lugar en el que la mayoría son hombres) y lo primero que hicieron al presentarme, fue solicitar el respeto a mi persona. En esa instalación está penalizado la falta de respeto hacia las mujeres.
    Cuando tuve la oportunidad de iniciar mi labor en la academia, me topé con una persona que no consideraba que podía tener la capacidad para desarrollar mis actividades; esta persona es mujer y era mi «jefa». Dentro de la academia (en la cual somos más mujeres) mis colegas hombres, siempre se han mostrado muy respetuosos y admiran el trabajo que realizamos las ingenieras ambientales; sin embargo, he sentido cierta discriminación por parte de compañeros de otras áreas, sólo por el simple hecho de ser «mujer joven» según comentan ellos. Ha sido algo complicado, pero esto me ha dado la motivación para continuar en mi trabajo y continuar los estudios.
    Comparo esto porque lamentablemente, en mi experiencia, me ha tocado colaborar con caballeros que no creen en la capacidad y potencial de las mujeres.
    Hoy he obtenido logros de gran satisfacción, pues representaban el fruto de ir contra adversidades.

    Los comentarios de todas me han parecido muy buenos.

  43. Hola a todas y todos,

    He leído todos sus comentarios. Gracias por compartir. A veces siento que en la academia estamos tan absortas en nuestras labores científicas, que no nos damos tiempo de pensar en lo personal, desde lo subjetivo. De sentir. En mi particular experiencia he encontrado obstáculos y ventajas (aparentes) de ser una mujer en la academia.
    Los obstáculos se han materializado de muchas formas. Recuerdo bien un seminario donde se me invitó a participar. Compartí el micrófono con dos investigadores varones. El moderador se refería al otro investigador como Doctor, pero al darme la palabra o referirse a mí, me llamaba «Señorita». Normalmente no me molesta que la gente no me llame Maestra (mi grado actual), pero en un acto académico el apelativo»Señorita» estaba fuera de lugar. También me sucedió que colegas varones, al responder un teléfono de mi colaborador, antes de preguntar nada, pensarán que era su secretaria.
    En otra ocasión, en mis trabajos a campo con pescadores, me costó mucho trabajo entablar relación con ellos, sólo por ser mujer. Ellos me consideraron un ser pensante cuando los invité a mi examen profesional.
    En mi vida familia, mi abuela y madre se preocupan que no tengo hijos. En ocasiones mi pareja me reclama de que viajo mucho. En todos los casos les he mostrado que mis actividades son igual de válidas que si las hiciera un varón y mi decisión de retrasar mi maternidad es más una cuestión estratégica por mi plan de vida (estudios) que por no querer ser madre (por todos los retos que ustedes ya han planteado).
    Otra vivencia que tengo, pero me percaté de ella por los comentarios de una amiga, es mi obsesiva actitud a trabajar mucho y en muchas cosas a la vez. Para demostrarle al mundo, especialmente a los hombres, que soy capaz de hacer las mismas cosas que ellos e igual (o mejor) que ellos. Esta conducta para nada es sana y es algo en lo cual estoy trabajando. Pero a la vez me preguntó ¿No es a caso está actitud incentivada por las formas de evaluación por resultados que tenemos?
    Sobre las aparentes ventajas de ser mujer, son la de «obtener» más información de actores clave, pero esto me parece muy engañoso, pues no necesariamente es el caso y, al igual que Aza, las personas interpretan un trabajo serio con insinuaciones y coqueteo.
    Otra actitud que he notado son las cuotas de género. No hace poco en una institución donde trabajé, había un centro donde no había mujeres. La primera que entró se le encargó la coordinación de la licenciatura y sus propios compañeros tenían actitudes abiertamente machistas y sexistas contra ella. Al abrirse plazas en ese centro, no se hacía explícito, pero un criterio definitorio de contratación era que fueses mujer. Yo no dudo de la capacidad y profesionalismo de mis colegas. Lo que no me parece es que las instituciones caigan en las cuotas de género sólo por incluir mujeres en sus numerosas, sin más acciones institucionales de equidad real y efectiva, ambientes laborales libres de machismo y demás acciones que aseguren equidad laboral.
    Para finalizar, pienso que las mujeres transgresora que nos antecedieron y nosotras mismas, no debemos dejar de luchar por la equidad real y efectiva. Cierto es que nuestros entornos laborales y familiares distan mucho del grueso de los entornos de la mayoría de las mujeres mexicanas, pero si en estos entornos elit no se logran cambios sustanciales ¿Cómo se podrán lograr en espacios más convulsos? ¿Que no la ciencia también debe atender esos problemas, siendo críticas de nuestra situación y ser empáticas con aquéllas que consideramos distantes?
    Abrazos fraternos

  44. Mujeres con seguridad.

    Profesionalmente hablando, descubrí el género femenino hasta el año 2001 cuando siendo un oficial de la Armada de México, incursioné en el mundo de la seguridad pública (en dónde me encuentro inmerso el día de hoy) al ingresar a la Policía Federal que estaba gestándose en la forma en que la conocemos hoy.
    Antes de esa fecha, al menos en mi horizonte, no recuerdo más mujeres siendo cadete en la Heroica Escuela Naval Militar que algunas compañeras en labores administrativas y logísticas como la cocina, enfermería y sastrería, en un muy reducido número, y en casi una década como oficial pude observar la misma política laboral respecto a ellas, localizándose sólo en oficinas y hospitales navales.
    A finales del año 2001 descubrí con asombro que varias áreas sensibles de la Policía Federal estaban a cargo de personal femenino con un elevado nivel de profesionalismo y preparación académica, aunque ocupando puestos de análisis y de administración. En el año 2004, encontrándome al mando de una unidad operativa, recibí la orden de integrar al Primer Agrupamiento de Fuerzas Federales de Apoyo a las 30 mujeres recién graduadas del Instituto de Formación Policial de la PFP en San Luis Potosí, S.L.P. (una de ellas es natural de Tapachula, Chis), siendo la primera ocasión que se integraban mujeres a cubrir actividades totalmente operativas contra la delincuencia de alto impacto, codo a codo, con los restantes 335 compañeros del agrupamiento, casi todos ellos provenientes de las fuerzas armadas.
    Hasta la fecha, a 14 años de distancia, muchas de ellas continúan en la Policía Federal u otras dependencias de seguridad pública con destacadas participaciones, incluso a nivel internacional, aunque la mayoría ya se retiró del servicio público para atender temas familiares.
    Por otro lado, he sido testigo de la rápida y destacada inclusión de las mujeres en la Armada de México, incluso ya como cadetes del plantel de donde egresé en el año 1991, siendo tradicionalmente una escuela de régimen internado masculino y donde en el año 2013, después de 5 azarosos años de estudios, se graduaron las primeras 21 mujeres oficiales de la Armada, para cubrir puestos de mando operativo en barcos de guerra, además de batallones de Infantería de Marina.
    Recientemente tuve oportunidad de conocer a una de estas oficiales, fui su compañero el año pasado en un curso en Norfolk, VA. EUA y de primera mano tuve oportunidad de escucharla en una conferencia en inglés que realizó sobre motores navales ya que es actualmente es la Jefa de Máquinas de una Fragata de la Armada. Sobra decir que lo hizo de una manera magistral y quedé muy satisfecho en lo personal por la atinada decisión de los mandos militares que permiten ya a las mujeres participar en todas las áreas laborales y no sólo en las tradicionales posiciones de servicios de apoyo. Ahora ya están al frente de la línea de batalla.
    También en el terreno político he tenido estupendas y muy capaces compañeras de trabajo, que, en tiempos turbulentos, han mantenido el rumbo correcto en su desempeño público no solo con honestidad y transparencia sino con pasión y entusiasmo ante las más agobiantes jornadas.
    Puedo destacar de mis compañeras militares y policías, en lo general, un permanente espíritu de superación profesional, cualidades especiales de análisis y razonamiento abstracto, inquebrantables bases de honradez y disciplina laboral, así como fortaleza física y una gran tolerancia a la frustración.
    De mis compañeras civiles dedicadas al servicio público o en actividades académicas destaco las mismas cualidades que las citadas anteriormente, salvo el uso del uniforme. (Tienen la ventaja de ser más “fashion”).
    A las mujeres, cualquiera que sea su labor y empleo, pero principalmente a las que tienen como encomienda el hogar y la educación, mis respetos, aprecios y reconocimientos a su resiliente existencia en un mundo que a veces no las ha tratado con la justicia y equidad que merecen.

  45. Aunque mi labor no está relacionada directamente con la academia, he notado que aun en lugares como ECOSUR todavía falta muchísimo por hacer para poder decir que trabajamos en un lugar libre de violencia de género. Si bien se han realizado varias iniciativas para concientizar sobre el tema, la poca participación de todos los sectores dentro de la institución hacen que estás tengan repercusiones realmente mínimas. Los chistes misóginos y los micromachismos son parte de la cotidianidad y vistos con normalidad.
    Todavía recuerdo una vez que un compañero me sugirió ponerme un falda para ir hablar con quien entonces era mi jefe por que entonces tal vez así si me tomaba en cuenta. O cuando en la preparatoria un maestro nos hizo hacer equipos de puras mujeres para un trabajo y nos dijo que al momento de exponer nos vistiéramos con faldas por que así las mujercitas nos veíamos más presentables. En fin podría seguir con un motón de anécdotas más que incluso me hacen pensar que en todo este tiempo las cosas no han cambiado mucho. Sin embargo reconozco también que concientizar es una labor ardua y que seguro tomará mucho tiempo más, y aunque en ECOSUR nos falte mucho, me gusta saber que a comparación de otros lugares aquí se hacen esfuerzos para poder cambiar el panorama tanto adentro como afuera, eso es parte de la satisfacción de colaborar en la institución.

  46. Teresa, me afectó profundamente lo que compartes sobre tus padres… es la condición ineludible de quienes somos migrantes: vivir con el corazón partido. Pero celebro contigo las cosas buenas que llegan…

  47. ¡Gracias por compartir tu experiencia, Marta! Vale mucho la pena hacer eco a tu planteamiento sobre la visión de la maternidad en los programas de becas.

  48. Totalmente de acuerdo, Susana, realidades sumamente crudas cuya superación debe ser absolutamente prioritario.

  49. ¡Gracias por compartir tu experiencia, Marta! Vale mucho la pena hacer eco a tu planteamiento sobre la visión de la maternidad en los programas de becas.

  50. Agradezco mucho poder leer tantas ricas experiencias y reflexiones. Gracias por brindar, por compartir, por acompañarnos desde la palabra. Seguimos…

  51. Me sumo a los agradecimientos, fantastico el espacio. Ojala se mantenga – si no activo, al menos visible – unos días más para leer con el cuidado que quisiera todas las experiencias y reflexiones que se han compartido acá.

  52. Ya a punto de finalizar este 8 de Marzo me gustaría agradecer a Laura Lopez y Carla Quiroga por haberme ayudado a dar forma a esta idea que desde hace tiempo teníamos en la cabeza. Me siento muy agradecida con las personas que han tomado el tiempo de participar en este primer foro de Ecofronteras y con un tema que me queda tan cercano. Queda mucho por hacer y es sorprendente la cantidad de circunstancias y variadas experiencias que estos días han aflorado… trabajaremos en una reflexión que trate de aglutinar todas ellas.
    Gracias de corazón, un abrazo fraterno a las compañeras y los compañeros (ojalá consigamos que sean mas) que nos han brindado sus valiosos testimonios.

    Quisiera terminar con una frase que hoy durante una conmemoración especial del 8M ha salido simbólicamente de una piñata que un grupo de mujeres académicas, de administración, estudiantes, del equipo de intendencia de la Unidad Villahermosa de Ecosur hemos roto, simbolizando los retos que se nos van presentando por ser mujeres (gracias a Miriam Aldasoro y nuestra estudiante Alma por esta preciosa iniciativa):

    “Una mujer con voz es por definición una mujer fuerte. Pero la búsqueda para encontrar esa voz suele ser muy difícil. Melinda Gates”

    Aquí hemos querido dar esa voz…

    Muchas gracias!!! Que todos los días sean 8 de Marzo

    Una mujer con voz es por definición una mujer fuerte. Pero la búsqueda para encontrar esa voz suele ser muy difícil. Melinda Gates

  53. Buenos días, he leído con mucha atención y bueno hay un sin fin de temas que podríamos abordar. Yo quisiera narrar algunas vivencias personales

    Me casé muy joven (19 años) tuve una hija y un hijo, regresé a la universidad a los 24 años para continuar con mis estudios. Al inicio las compañeras y compañeros tenían mucha resistencia para incluirme en las actividades en grupo porque además de «ser grande» a diferencia de ellos tenía dos hijos. ¡Cómo si mi edad y maternidad me restaran inteligencia !

    Por fortuna siempre hay gente dispuesta a luchar contra sus propios sistemas de creencia y poco a poco fui insertándome en la vida estudiantil, en el camino hice buenas amistades no solo con los estudiantes sino con profesoras y profesores. Mis condiciones me daban la ventaja de centrarme a lo que iba, optimizar los tiempos para concluir tareas, poner atención en mis clases, etc… Tenía que cumplir mi propia expectativa, «Yo quería ser Bióloga»

    La tesis de licenciatura la realicé en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM y vaya que me costó trabajo concluir, no sólo por lo que implicaba la experimentación y la permanencia de tiempo completo que se me exigía (7:00 am a 20:00 hrs). Lo que yo observaba es que se perdía mucho tiempo, entre que los compañeros platicaban, tomaban café, etc… el inicio de las labores se prolongaba iniciando a las 9:30-10, comida de 14 a 16 hrs, otra vez café, etc (OJO: no estoy criticando a nadie, solamente a mí ese esquema no me funcionaba. Debía volver a casa lo antes posible para criar a mis hijos)

    Al negarme a entrar a ese sistema optimizando otra vez mis tiempos logrando salir del laboratorio máximo a las 15:00 hrs, fui totalmente excluída. Se alegó que me iba muy temprano mientras todos permanecían ahí hasta la noche. Obviamente mostré evidencias de mi trabajo, resultados, etc… finalmente me titule antes que el resto de mis compañeros para desagrado de todos.

    Conclusión: salí huyendo del Instituto, decidí que iba a dedicarme a lo que me gusta pero no bajo esas condiciones. Me dediqué a buscar otras áreas de la biología donde se respetara mi condición familiar y lograra llevarla lo más equilibrada posible . Sin embargo no fue fácil!

    Hoy feliz de dedicarme a lo que no sólo me apasiona sino que en efecto como han mencionado me pagan por hacerlo

    Abrazos a todas y sigamos trabajando para construir espacios seguros en todas las esferas

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