De la tradición a la adaptación en la pesca artesanal

Graciela Alcalá
 

Resumen: Un cambio que hoy ocurre en el ámbito de la pesca artesanal es que muchos de los jóvenes pescadores que decidieron o no pudieron migrar dentro y fuera de México, retoman esa actividad con nuevas perspectivas. Darle continuidad reconociendo sus riesgos, limitaciones y demás situaciones, implica asumirla como una labor digna. Con clara conciencia de los problemas ambientales y los daños que puede ocasionar, estos jóvenes se encuentran aprendiendo sobre la pesca artesanal en instituciones educativas o con el acompañamiento de organizaciones de la sociedad civil, y están logrando transformar los problemas en innovaciones de las que son protagonistas.
Palabras clave: pesca artesanal, jóvenes pescadores, adaptación, identidades juveniles pesqueras, sistemas productivos.

 

Maayat’aan (maya): Bix sukil u meyajta’al yéetel bix u k’expajal chuk kay
Kóom ts’íibil meyaj: Bejla’ te’ k’iino’oba’ yaan ba’ax táan u k’expajal ti’ u meyajil chuk kay je’ex sukil ka’ach úuchile’, le ku ya’alal pesca artesanal, tumen ya’abkach táankelem chuk kayo’ob p’aato’ob wáaj ma’ béeychaj u bino’ob táanxel tu’ux tu noj lu’umil México wáaj táanxel lu’umil xan, tu ch’a’a óolto’ob u meyajtiko’ob yéetel túumben tuukulo’ob. Ti’al ma’ u cha’abal u tu’ubul le meyaja’ k’a’abet ka k’ajóolta’ak k’aas ba’alo’ob ku taasik, ba’ax mun béeytal u meenta’al yéetel u jeel talamilo’ob, chéen beya’ ku béeytal u meyajta’al yéetel jaaj óolil. Yéetel sáasil tuukul yo’olal le k’aas ba’alo’ob ku meentik way yóok’olkaab yéetel le loobil ku béeytal u taasike’, le táankelemo’obo’ táan u kaniko’ob chuk kay je’elbix sukil u meyajta’al ka’ach úuchil ba’ale’ ti’ naajil xooko’ob wáaj yéetel u múuch’ áantaj mola’ayo’ob je’el bix organizaciono’ob, yéetel u meyajo’obe’ táan u sutiko’ob le talamilo’ob beey túumben ma’alo’ob ba’alo’obe’.
Áantaj t’aano’ob: chuk kay, táankelem chuk kayo’ob, k’expajal, múuch’ táankelmil chuk kayo’ob, sistemas productivos.

 

Bats’i k’op (tsotsil): k’u yelan nopem to’ox ch-abtejik ta smasel li choyetike xch’iuk k’usitik chjelan xa talel ta yabtelike
Smelolal vun albil ta jbel cha’bel k’op: Ta sk’alalil li’e oy k’usi xjelan xa talel ta yabtelik smasel li choyetike, li kerem tsebetik mu’yuk lok’ik batel o mu bu xu’ yu’unik ta sa’el yabtelik ta yantik muk’ta jteklumetik li’ ta yutil yosilal México xchi’uk li buch’utik mu’yuk ixanavik batel ta yan banumile, ja’ ta sa’beik smelol sventa spasel yabtelik ta smasel li choyeetike. Taje yakal to ta spasel yabtelik ak’o mi na’biluk ti tsots ta pasele, ja’ li oy ep k’usitik ta smake, ja’ yu’un sk’an ich’biluk ta muk’ li yabtelike. Jech no’ox xtok, spael li abtelal li’e a’ibil xa smelol ti ta sokes talel yu’un li jch’ieb jk’opojebtike, jech o xal li kerem tsebetik yakal ta xchanik sventa stuk’ulanel lek li yabtelik ta chanobvunetik o ta stojolal yu’un jtsop j-abteletik yich’ojik ta venta k’uxi lek smasel li choyetike, le’ike naka stal smeltsanik xchi’uk x-ach’ubtasik talel yabtelik ti ja’ sventainojike.
Jbel cha’bel k’opetik tunesbil ta vun: smasel choyetik, kerem tsebetik jmaschoyetik, nopesel, k’u yelan stalelal kerem tsebetik jmaschoyetik, sa’bel smelol k’uxi x-epaj ts’unobiletik.

 

La actividad pesquera artesanal, es decir, no industrializada y en zonas cercanas a las costas, ha sido vista como de poca importancia para la economía mexicana durante el siglo XX y en lo que va del XXI. Y sus actores sociales, los pescadores artesanales, han sido valorados del mismo modo. Ha prevalecido la imagen de que ellos pertenecen a comunidades costeras “tradicionales”, indígenas o mestizas, imbuidas en la costumbre de practicar esa actividad por la inercia de que los padres la transmiten a sus hijos de generación en generación.

Pues bien, actualmente hay una situación muy distinta: la llegada masiva a las costas mexicanas de hombres jóvenes sin oportunidad de trabajo, junto con la presencia de mujeres costeñas jóvenes que, con preparación escolar, son hijas de pescadores —madres solteras algunas— interesadas en mantener la actividad pesquera, a diferencia de sus hermanos que han migrado buscando un trabajo distinto.

Este breve artículo intenta mostrar en qué consiste el cambio de actores sociales de la pesca artesanal -lo que se ha venido dando desde que inició el presente siglo-, y sus principales consecuencias sociales para una actividad que continúa siendo practicada por outsiders, personas en la periferia social, aunque los outsiders de hoy no son iguales a los del siglo XX.

Una opción de trabajo digno

Empecemos por reconocer que en México la migración no ha sido atendida por las autoridades federales en toda su magnitud. El diario El País, según una nota de Nayeli Cruz (2023), resalta que más de dos millones de personas habían intentado cruzar la frontera norte hasta marzo de 2023, 24% más respecto del mismo periodo previo; y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, s.f.) destaca que la violencia, entre otras causas, ha provocado miles de desplazamientos hacia Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México (https://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/migracion.aspx?tema=P). En este marco, quienes estudian la actividad pesquera mexicana y sus actores han constatado que es necesario trabajar tanto con los jóvenes nativos como con los que migran a la costa, y que han hecho de la pesca artesanal una fuente laboral, aprendiéndola y practicándola.

En este sentido, el primer aspecto por recalcar es el hallazgo que nos han dejado los encuentros regionales “Juventudes por la pesca en México”: hay una intensa migración de familias cuyos hijos no son menores de edad, sino hombres o mujeres de entre 16 y 28 años. Ninguno tiene un trabajo estable ni tampoco sigue una educación formal. Ellos y ellas están en busca de un empleo para independizarse de sus padres y formar parejas de procreación u homoparentales.

El segundo aspecto a destacar es que estas personas jóvenes, igual que sus congéneres nativos costeños que se quedaron a vivir en su lugar de origen, han encontrado en la pesca artesanal una posibilidad real y atractiva para sobrevivir decentemente, esto es, para no ser parte de la delincuencia organizada que asuela poblados y rancherías y de la que en buena medida están huyendo. Se advierte también que tienen una conciencia clara de los problemas ecológicos derivados de cualquier actividad económica que no tome en cuenta las deterioradas condiciones ambientales de su entorno, y de las consecuencias catastróficas que sobre este se ciernen por la inadecuada acción gubernamental.

Ahora bien, que haya hombres y mujeres jóvenes interesados en practicar la pesca artesanal para sobrevivir no significa que sepan cómo hacerlo. Les espera un largo camino que solo quienes tienen vocación por esa actividad habrán de recorrer, pero no sin tropiezos. Y el apoyo que les puedan prestar investigadores y autoridades de los diferentes niveles será crucial para que consoliden una tarea de difícil práctica con enormes obstáculos ambientales y administrativos.

Un tercer aspecto para hacer hincapié es que esos hombres y mujeres jóvenes, en su gran mayoría, desconocen las características básicas de la pesca que se practica en los lugares en los que han decidido vivir y, aunque se lanzan a emprenderla, a veces son presa de acaparadores comerciales o de autoridades locales y federales con las que no saben que deben lidiar, por ejemplo, la Secretaría de Energía (especialmente en la costa del golfo de México), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y otras más, junto con sus contrapartes estatales.

Entonces, las relaciones de los jóvenes entre sí y con el resto de su comunidad les plantean dos problemáticas que los obligan a transformar sus conductas habituales. Primero: la necesidad de adquirir saberes que solo están disponibles fuera de la formación académica tradicional. Segundo: la obligatoriedad de conocer las distintas dependencias gubernamentales relacionadas con la pesca artesanal y la de aprender a tratar con sus principales agentes.

La situación inédita y sorprendente que se está fraguando en las costas mexicanas establece la necesidad de instruir a la gente joven en el conocimiento de las artes de pesca, en la funcionalidad de las embarcaciones de fibra de vidrio con motor fuera de borda, a la orientación de los sitios en los que no hay señal de internet, así como en la comercialización de sus capturas y de las distintas funciones de las instancias gubernamentales que inciden en su actividad.

Además, deben aprender cómo vincularse y asesorarse con los investigadores e investigadoras que laboran en las instituciones académicas, con el fin de aprovechar las aportaciones que resulten útiles para el conocimiento de la actividad pesquera artesanal en el país.

Reapropiación de la actividad pesquera

Debemos decir que los pescadores artesanales cuyos hijos han migrado son los mejor capacitados para instruir a los jóvenes recién llegados a las costas, y deberán hacerlo como si se tratara de miembros de sus familias. No han contado con la posibilidad de transmitir sus conocimientos a hijos y nietos, y disponen de la mejor condición para enseñar el arte de pescar a los nuevos, a quienes les reconocen su entusiasmo. Es importante la posibilidad de mantenerse con este trabajo (lo cual no se logra con otras actividades) y la suerte de conocer de cerca la fiera belleza de la naturaleza marina.

Para completar la perspectiva que se presenta respecto a la continuidad de la pesca artesanal en las costas mexicanas con el arribo de gente joven, vale destacar que muchas hijas de pescadores han ingresado en la organización de grupos para la defensa del medio ambiente litoral en las mejores condiciones posibles, así como en la administración comercial y extractiva de cooperativas de producción pesquera en el golfo de México, el Pacífico y el Caribe mexicano.

Estas jóvenes son muy activas y han ido adquiriendo experiencia para tratar con autoridades gubernamentales estatales y federales. Así que la división sexual del trabajo que se ha ido reconstruyendo es señal de que se vislumbra una pesquería artesanal más organizada sobre un principio que este mismo grupo poblacional manifiesta: no depredar el ambiente y satisfacer la economía de sus familias.

Así pues, estamos ante un mundo de posibilidades emergentes de investigación multidisciplinaria que permitirá otras maneras de integrar un sólido entramado social en el que converjan, por un lado, la creación de conocimientos desde una visión integral y participativa para la innovación social en las costas mexicanas y, por otro, potencializar los saberes para la pesca artesanal, una actividad económica largamente desatendida, pero no menos importante para alimentar y monetizar1 a una población empobrecida por la falta de empleo.

En el mismo sentido, nada más buscado por las nuevas generaciones que lograr el éxito sin tener problemas con las autoridades gubernamentales. Para conseguirlo es preciso facilitarles habilidades e información técnico-pesquera, así como de la biología y comportamiento de las especies, de las condiciones medioambientales y, en particular, del funcionamiento y organigrama de las instancias gubernamentales. Esto propiciará una relación de mutua conveniencia para unos y otros, y muchas personas se han esforzado en ello, así que podemos vislumbrar la lenta transformación de la pesca artesanal mexicana que lleve a la sobrevivencia de especies marinas y de comunidades humanas. Con este atisbo se abre un pequeño pero importante resquicio para mantener la esperanza que crean en un futuro mejor.

Decálogo por el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales en México

La Asamblea General de las Naciones Unidas dedicó el año 2022 para impulsar la reflexión y acciones en torno a la pesca y la acuicultura artesanales, contexto en el que varios actores involucrados en tales actividades generaron este decálogo.

  1. La actividad pesquera y acuícola, además de ser una manifestación cultural que crea identidad y arraigo, constituye un pilar de la seguridad alimentaria y el empleo digno.
  2. Las personas que laboran en el sector pesquero y acuícola artesanal tienen derecho a un sistema de protección social.
  3. En la actividad pesquera y la acuícola las personas son tan importantes que no pueden permanecer ignoradas ni invisibilizadas.
  4. En las políticas y acciones de manejo del sector hay que priorizar el fortalecimiento del tejido social de las comunidades pesqueras y acuícolas.
  5. No es suficiente pescar o cultivar más, también es necesario vender los productos a precios justos y repartir equitativamente los beneficios.
  6. Las comunidades pesqueras y acuícolas necesitan ser resilientes ante condiciones de riesgo.
  7. La responsabilidad compartida es un elemento indispensable para una gobernanza exitosa de la pesca y la acuacultura en pequeña escala.
  8. Todos los actores e instituciones son vitales para el manejo integrado del sector pesquero y acuícola.
  9. El sector acuícola y pesquero se beneficia de la innovación tecnológica diseñada y decidida de manera incluyente.
  10. Cuidar la salud de los ecosistemas ayuda a conservar la actividad pesquera y la acuicultura, y proteger a las personas que viven de ellas.

Fuente: Comunidad y Biodiversidad A. C., https://cobi.org.mx/

 

1 Proceso por el que una empresa o persona física genera o gana dinero por su trabajo.

 

Bibliografía:

Cruz, N. (2023, 30 de marzo). Cientos de migrantes intentan ingresar a Estados Unidos tras la tragedia de Ciudad Juárez. El País. https://goo.su/zeOxFSU  

Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI). Cuéntame de México/Población/Migración. https://goo.su/GY89  

 

Graciela Alcalá pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (México) | gra2008@me.com

 

 

Ecofronteras, 2023, vol. 27, núm. 79, pp. 2-5, ISSN 2007-4549 (revista impresa), E-ISSN 2448-8577 (revista digital). Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx

 

 

 

 

 


[1] Proceso por el que una empresa o persona física genera o gana dinero por su trabajo.