El borrego Chiapas en la cultura chamula

Juan Carlos Martínez-Alfaro

 

Resumen: Es probable que el borrego Chiapas de la región tsotsil haya arribado desde la actual Honduras, después de que allí desembarcaran los ovinos provenientes de España. Así iniciaba la adaptación y apropiación de la ganadería europea en América. Hoy ya forma parte de la alimentación, vestido y cultura de diversos pueblos chiapanecos, en particular de los que habitan en los Altos, y son las mujeres las que han logrado conservar a uno de los animales domésticos más importantes del estado; son ellas quienes también han preservado el conocimiento etnozootécnico y etnobotánico de la ovinocultura.
Palabras clave: borrego Chiapas, ovinocultura tradicional, chamula, sistema agrosilvopastoril, etnobotánica.

 

Maayat’aan (maya): U tamanil Chiapas ichil u kaajnáalil chamula

Ku tukla’ale’ u tamanil Chiapase’ tasabilak ti’ tu’ux bejla’e’ u noj lu’umil Honduras tak tu’ux kaajakbal máaxo’ob tsotsilo’ob, tumen ti’ yáax k’uch le tamano’ob tasbilako’ob ti’ u noj lu’umil España. Beey káajik u meyajta’al yéetel u yaalak’ta’al taman wáaj wakax ku taal ti’ Europa way Américae’. Bejla’e’ ku jantiko’ob u bak’el, yéetel ku nook’ankilo’ob bey xan sáansamal ti’ yaan tu kuxtalil ya’ab mejen kaajo’ob chiapasilo’ob, jach suuk ti’ u kaajnáalilo’ob jump’éel kúuchil k’ajóola’an beey los Altos, ts’o’oke’ leti’ le xko’olelo’ob máaxo’ob táan óoltik u yaalak’ta’al tumen juntúul aalak’ jach k’a’ana’an ti’ le peten lu’uma’; leti’ob kanáantik ma’ u tu’ubsa’al tuláakal ba’ax k’ajóola’an yóok’olal u yaalak’ta’al bey xan yóok’olal k’áax uti’al u tséenta’al tamano’ob.

Áantaj t’aano’ob: tamanil Chiapas, yaalak’ taman, chamula, sistema agrosilvopastoril, etnobotánica

 

Bats’i k’op (tsotsil): i chij oy ta Chiapas tsakal ta stalel skuxlejal ta slumal chamo’
Li chij oy ta jlumaltik li’ ta yosilal Chiapas lamucha tey la lik talel sts’unobal ta slumal Honduras, ti ja’ tey ik’ot ba’yel li chijetik italik ta namal banamil España. Jech lik talel sts’unobal vakax chijetik li’ ta yosil América. Tana li’e te xa nitil tsakal ta stalel xkuxlejik, ta sve’elik xchi’uk ta pasel sk’u’ik jteklumetik chiapanekoetike, ja’ xa yu’uninoj jnaklejetik oyi ta stoylejal yosilal Chiapas, ta yabtel li antsetike kuxul to yu’unik sts’unobal li chijetik ti toj tsots sk’oplal li’ ta estaroe; xchi’uk ja’ ta sp’ijilal sna’benal yu’un li antsetike tey to kuxul k’u yelan ta xich’ jalel k’u’iletik xchi’uk ja’ sna’ojik k’u yelan chich’ ch’itesel xcha’biel li chijetike, ti ja’ jech stalel skuxlejalike.

Jbel cha’bel k’opetik tunesbil ta vun: chij oy ta Chiapas, chij xchi’uk talel kuxlejal, chamo’, sistema agrosilvopastoril, etnobotánica.

 

Las razas que formaron al borrego Chiapas llegaron con los españoles, quienes los pensaron en principio para la producción de textiles. No imaginaron que el clima dificultaría la adaptación de los ovinos, ni que finalmente una cultura ajena sería la responsable de su cuidado y manejo. Tampoco alcanzaron a vislumbrar que serían las mujeres y los niños quienes cuidarían su pastoreo, ni que pasarían a formar parte del grupo familiar chamula. El borrego Chiapas encontró no solo un terreno fértil, sino que se resguardó en el corazón de las mujeres y los niños, lo que le ha permitido ser exitoso a cambio de vestir al pueblo que lo ha adoptado.

 

Origen del borrego Chiapas

 

La región Altos de Chiapas es una zona montañosa del sureste mexicano, que ha sido habitada por poblaciones mayas tsotsiles y tseltales durante más de 500 años. En ella predominan las actividades agrícolas de subsistencia dedicadas sobre todo a la producción de maíz y frijol. Sin embargo, las comunidades que allí se asientan han adoptado y hecho de la producción del borrego Chiapas una pieza fundamental de su sistema de producción agrosilvopastoril. El resultado es que la región contiene a la zona borreguera de la entidad, la cual comprende 7 de los 14 municipios de los Altos, con San Juan Chamula y San Cristóbal de Las Casas como los más importantes, puesto que juntos albergan el 60% de la producción ovina de toda la zona borreguera (figura 1), aunque con el 63% del total de cabezas de ovino, Chamula es el principal de la zona.

 

La teoría más aceptada acerca de la apropiación del ganado ovino por parte de las mujeres pastoras tsotsiles (k´el chij), es que los rebaños provenientes de España fueron desembarcados en Caballos, un puerto de reabastecimiento ubicado en la actual Honduras; desde ese sitio fueron llevados por los propios conquistadores al altiplano guatemalteco, aunque siguieron su ruta hacia el norte hasta llegar al valle de Jovel, donde se fundaría Ciudad Real que posteriormente recibiría el nombre de San Cristóbal de Las Casas.

 

Un rasgo singular de la apropiación de la ovinocultura en Chiapas es que fueron las mujeres las que se encargaron de ella, probablemente desde los tiempos en los que las ovejas pertenecían a los españoles. A diferencia de la producción pecuaria de otras partes del país, en la zona borreguera de los Altos, son ellas las que se dedican al pastoreo -que en general ocurre en áreas comunales-, aunque niños y niñas también la realizan.

El borrego Chiapas es una variedad genética de ovinos con características físicas de las razas Churra, Manchega y Lacha, las cuales fueron traídas por los españoles en el siglo XV. No obstante, es probable que en su conformación hayan participado otras razas para llegar al fenotipo de la actualidad (se llama fenotipo a los rasgos hereditarios visibles, como lana, color, tamaño, entre otras).

De acuerdo con una afirmación hecha en 1992 por los investigadores Raúl Perezgrovas Garza y Pastor Pedraza Villagómez, este borrego muestra características observables, como el color de la lana, y otras que no lo son, como su estacionalidad reproductiva, es decir, que su apareamiento se da en una sola época del año. Pero también presenta rasgos hereditarios propios de las razas o variedades genéticas de sus ovinos antecesores (Manchega, Lacha y Churra); de modo que el borrego de pelo negro tiene muchas similitudes con la raza Manchega, el de pelo blanco con la Churra, y el de color café con la Lacha. De estos tres, la oveja de color negro es la más apreciada por las mujeres chamulas.

La lana es la materia prima de la ropa que se usa cotidianamente, por lo que el borrego Chiapas todavía representa para muchas familias tsotsiles el principal recurso para vestir. Las mujeres pastoras trasquilan al animal y se encargan de teñir, tejer y bordar la lana; desde luego, brindan cuidados a las ovejas antes y después de trasquilarlas.

Para el tratamiento y control de las enfermedades de los ovinos, generalmente utilizan plantas medicinales; clasifican las enfermedades en digestivas (diarrea), respiratorias (tos), parasitosis, aire, y otros padecimientos como la agalactia (baja producción de leche) y mordeduras de víboras. Así mismo, han desarrollado métodos, como el uso de bozal, para evitar que el rebaño consuma plantas tóxicas o agrícolas durante su trayecto hacia los pastizales comunales.

Estos tratamientos han sido utilizados desde hace cinco siglos; es un conocimiento que ha ido pasando de generación en generación, de madres y abuelas a hijas y nietas, principalmente. No es común que los hombres se involucren en estas actividades, aunque hay excepciones, sobre todo cuando son niños, pero en la medida en que tienen más edad abandonan la ovinocultura. Esto hace que el conocimiento sobre el manejo y cuidado de los ovinos se esté perdiendo entre los varones.

Borregos en el contexto familiar

El sistema agrosilvopastoril es un conjunto de técnicas de uso del suelo que involucra la combinación de un componente leñoso (forestales o frutales), uno animal (ganadería) y el agrícola (cultivos), todos en el mismo terreno. La ovinocultura de los Altos de Chiapas, en especial en Chamula, se desarrolla en un sistema agrosilvopastoril, en el que la ganadería ovina es alimentada en pastizales comunales con presencia preponderante de árboles dispersos de pino (Pinus sp) y encino (Quercus sp). En estos lugares de pastoreo hay también vegetación que emerge después de la deforestación por quema o tala, y que igualmente contribuye a la dieta del borrego.

Cuando los corrales en donde los animales pasan la noche quedan fuera de uso, se les utiliza para la siembra de hortalizas debido a que el estiércol de las ovejas sirve de abono. Y este también es recolectado para elaborar composta con la que luego se nutre a los cultivos de maíz, frijol, calabaza, habas, col, repollo y rábano.

El borrego Chiapas es, como podemos ver, una pieza fundamental en el sistema agrosilvopastoril de la región desde el punto de vista social, económico y cultural.

En la mayoría de las comunidades de los Altos de Chiapas, las ovejas son consideradas como un miembro más de la familia. Incluso, de acuerdo con las pastoras de Pozuelos, municipio de Chamula, y de Juana Hernández Méndez, responsable del grupo de ovinocultoras y artesanas K’anal, a las ovejas se les nombra según su fecha de nacimiento, de modo que será Juanita la borrega que haya nacido el 24 de junio, o Lupita, la que lo hizo un 12 de diciembre, y así consecuentemente. Sin embargo, les dan también otros nombres, por ejemplo, Zorro, si la oveja tiene lana de color gris. En este sentido, la producción del borrego Chiapas posee características particulares, de forma que hay que darles el reconocimiento a estas pastoras, quienes han sido las responsables de cuidar, manejar e integrar el borrego Chiapas (Batsi chij) como un miembro más del grupo familiar. Como se observa, es un tipo de ovinocultura enmarcada en un sistema complejo de producción social.

Así pues, han sido las mujeres, quienes a través del conocimiento tradicional desarrollado a lo largo de 500 años han utilizado diferentes estrategias para rescatar de una probable extinción al borrego Chiapas. O al menos ha sido la mujer chamula (k’el chij), la que a través de su convivencia diaria con los ovinos en los pastizales (ya xaltik), monte (te’tik), bosque (s’ilal am’nal), milpa (chom’tik), o corrales (sna chij), ha forjado el conocimiento acerca del cuidado y manejo de esta ganadería, así como la asociación de las plantas medicinales y de hortalizas con el estiércol de los ovinos. Estas mujeres pastoras han ayudado a la conservación de uno de los animales domésticos más importantes de Chiapas.

Si bien este borrego llegó a la vida del pueblo tsotsil de manera circunstancial, en la actualidad resulta difícil imaginar la cultura chamula sin su presencia; ya que es parte de su ropa, alimentación (incluido que el estiércol se usa como abono para los cultivos) y estilo de vida. Es una de las formas de la adaptación y apropiación de la ganadería europea por parte de los pueblos latinoamericanos, aunque este vínculo de los chamulas con el borrego Chiapas nos deja otra enseñanza desde la perspectiva de género.

Habrá que reconocer la labor de las mujeres pastoras (k’el chij), quienes son las protagonistas en la construcción del conocimiento sobre el manejo de la salud en la ovinocultura utilizando plantas medicinales a lo largo de generaciones. En este sentido, hoy tenemos un borrego Chiapas integrado al grupo doméstico de la cultura chamula a la que impacta de manera importante, algo que merece el reconocimiento social.

 

Bibliografía

Alemán, T., López, J., Martínez, A., y Hernández, L. (2001). La percepción de las enfermedades de los ovinos por las mujeres tzotziles de la región de Los Altos de Chiapas, México. Etnoecológica, (5), 60-74.

Martínez-Alfaro, J. C. (2018). Etnoveterinaria del Borrego Chiapas: El conocimiento tradicional que ha rescatado al Borrego Chiapas. En C. Elizondo, R. Mariaca Méndez y F. Ruan Soto (eds.), Etnobiología y diversidad biocultural de Chiapas (pp. 231-250). ECOSUR.

Perezgrovas, R. (1999). Los Carneros de San Juan. Ovinocultura indígena en Los Altos de Chiapas (2ª edición). San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México: Instituto de Estudios Indígenas/Universidad Autónoma de Chiapas.

 

Juan Carlos Martínez-Alfaro es profesor investigador de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (México) | jcmtzalfaro@gmail.com | https://orcid.org/0000-0001-7360-2633

 

 

Ecofronteras, 2023, vol. 27, núm. 78, pp. 28-31, ISSN 2007-4549 (revista impresa), E-ISSN 2448-8577 (revista digital). Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx