Minibestiario de jardín
Ramón Isaac Rojas González
Resumen
Los habitantes de un jardín, sencilla muestra de un microcosmos, son ejemplos de la vida en todas sus escalas, en donde sapos, lagartijas y babosas nos enseñan a contemplar, desde su perspectiva, el camino que andamos todos, entre la tierra y el cielo.
Maayatęž‹aan (maya): Chan áanalteil ba’alche’ob kuxa’ano’ob ichil kúuchil páak’alnikte’
Ba’ax kuxa’an ichil páak’alnikte’e’ chéen ch’a’abil ku ye’esik yaan jump’éel chan kúuchil beey yóok’olkaabe’, ku ya’alal microcosmos, ku ye’esik ku béeytal u yila’al jejeláasil kuxtal tumen yaan chichan bey xan nojoch; tu’ux muucho’ob, meerecho’ob yéetel x-iisilo’ob ku ka’ansiko’on k cha’ant, je’elbix u yiliko’ob leti’o’obe’ le beej kek xíimbaltik tek láakalo’on, ichil le yóok’olkaab yéetel le ka’ano’.
Áantaj t’aano’ob: Xookil, chan áanalteil ba’alche’ob, kúuchil páak’alnikte’.
Bats’i k’op (tsotsil): Te yo bu xch’i nichimetik ta nae ja’ bik’it snailal biktal chonbolometik
Li bik’tal chonbolometik kuxajtik ta yo bu xch’i li nichimetik ta nae ja’ ta xak’butik ta ilel k’u yelan chapajtik ta skojol koj xchi’uk ta xchopal xchop li kuxlejale, te yo bu li xpokoketike, li okotsetike xchi’uk li t’ot’etike ta xak’butik ta ilel, ta stalelalik no’ox, ta xalbutik k’u yelanil jkuxlejtik bu chijxanav jtekeltike ek, oyotik ta yo’lolil banumil xchi’uk li vinajele.
Jbel k’opetik tunesbil ta vun: lo’il a’yej vunetik; bik’it snailal biktal chonbolometik; te yo bu xch’i nichimetik ta nae.
El señor Sapo
Llueve y sale el sapo de su cripta, con sus grandes ojos y su rostro sin muecas. En su boca cabe todo el universo. Con un hambre infinita vigila con ávida atención todo aquello que se mueve.
Sería fácil pensar que es una pobre y repugnante criatura, pero es una bestia poderosa que soporta el hambre y la sequía en un confinamiento largo y pesado. El agua lo llama a despertar, a tragar y hacerse grande. Él es una bestia poderosa.
Nadie puede juzgarlo por despertar con un hambre desbordada: pasó una eternidad encerrado, soñando con agua y alimento. Su gula no es gratuita, el abismo de su estómago fue lo único que creció durante su letargo. ¡Cómo quisiera una boca más grande para llenar su vacío descomunal! Nadie juzgue al sapo por estar hambriento; tiene poco tiempo para estar contento.
El señor Toloque
El señor Toloque vive en el almendro de mi casa; todo su pensamiento es la comida, los insectos sobre todo. Se pasa horas inmóvil y atento, y de repente explota en una carrera loca sobre sus patas traseras, guardando el equilibrio con apoyo de su larga cola. Es capaz del milagro de caminar sobre el agua, mejor dicho, de correr como relámpago.
Basilisco, tequereque, pasa ríos, toloque… Este señor lagartija tiene una novia Toloca con la que copula una vez al año; nunca es consciente de que la deja preñada, tampoco de que ella escoge con mucho cuidado un lugar para poner sus huevos y de que ahí los abandona.
El señor Toloque muestra una hermosa cresta y lindas bandas de color crema, pero está más allá de la vanidad y la arrogancia, inmóvil y atento en el almendro de mi casa.
El señor Sietecueros, también llamado Tlaconete[1]
El señor Sietecueros es todo paciencia, un maestro de la parsimonia. Aún no sé qué fue primero, si su mansedumbre infinita o su lentitud, que no es pereza… es una total falta de prisa. Su primo el caracol consiguió una concha, pero él es un molusco sin casa; esto no lo hace en absoluto un indigente: ¡el mundo está bajo sus pies! No tiene importancia que en realidad sea un solo pie, que de hecho, es todo su cuerpo por debajo.
El señor Tlaconete no entiende nuestra existencia de apuros y ajetreos. Él sabe que al final, sin ningún apuro, el regreso a la tierra nos espera. Basado en esta certeza, avanza incansable dejando su rastro por todo sitio donde transita. Criatura magnífica digna de ser admirada, lejos de la sal del miedo y la ignorancia.
Ramón Isaac Rojas González es director de Investigación Pesquera en el Atlántico del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura, (México), ramon.rojas@inapesca.gob.mx
Ecofronteras, 2022, vol. 26, núm. 75, pp. 38-39, ISSN 2007-4549 (revista impresa), E-ISSN 2448-8577 (revista digital). Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx
[1] Sietecueros y tlaconete son nombres comunes de la babosa en distintas zonas geográficas de México, aunque también se le llama tlaconete a algunas salamandras.