Entre
la miel y la soya… Conversación con Rogel Villanueva
Gutiérrez
Laura
López Argoytia
La
presente entrevista fue publicada inicialmente en el número 51 de la revista
Ecofronteras, en 2014. La ofrecemos nuevamente a nuestra audiencia como un
sencillo homenaje a nuestro entrevistado de entonces, Rogel
Villanueva Gutiérrez, investigador de El Colegio de la Frontera Sur, quien
falleció a finales de 2019. Fue un destacado especialista en diversos temas
ligados a las abejas y desarrolló una amplia trayectoria en el impulso a la
meliponicultura, actividad que, como su nombre lo dice, se refiere a las abejas
meliponas y es una práctica que en México existe desde la época prehispánica
como parte de los procesos socioeconómicos y culturales de la población. Sin
embargo, su trabajo también se encauzó al estudio de las abejas melíferas,
sobre todo en cuanto a su liga con la siembra de soya transgénica en la
península de Yucatán. De estos temas nos habló el doctor Villanueva en aquella
entrevista.
Rescate de la meliponicultura
Rogel Villanueva define la
meliponicultura como la crianza, manejo y reproducción de las abejas del grupo
de meliponinos. Se trata de abejas sin aguijón, y dos
de las especies que más se han manejado en México para la explotación de su
miel son las xunan-kab (Melipona
beecheii) y taxkat (Scaptotrigona mexicana). [1]
El
trabajo del doctor Villanueva consiste principalmente en el estudio de la
ecología, manejo y reproducción de la abeja Melipona beecheii. El objetivo es rescatar la meliponicultura
en la península de Yucatán, pues se ha ido perdiendo poco a poco debido a una
serie de factores, entre ellos la desaparición del hábitat de estos insectos a
causa de la deforestación y la tala selectiva de especies maderables, además de
la pérdida del conocimiento tradicional en la crianza y el manejo de las
abejas. También hay que mencionar la competencia por recursos con la abeja
africanizada, que ocurre principalmente durante los periodos críticos del año
(época seca o de mucha precipitación), y el cambio climático reflejado en la
incidencia de huracanes en mayor número e intensidad.
En
1990 comenzó a desarrollar los primeros trabajos en torno a la producción de
estos organismos, para lo cual se impartieron pláticas en las comunidades mayas
sobre la importancia ecológica de la Melipona,
y se realizaron los primeros muestreos de miel y polen para analizar sus
recursos nectaríferos-poliníferos. Otras acciones estratégicas han sido cursos,
talleres y asesorías sobre la biología, ecología, manejo y reproducción de las
abejas, y la construcción de tres meliponarios
modelo. Además, se ha impulsado la creación de una asociación de meliponicultores para que se organicen y encabecen un
manejo y explotación sustentable de sus abejas, protegiendo también los
recursos vegetales de los cuales dependen. Asimismo, se creó una página web de
la Melipona beecheii
con información sobre su biología, ecología, manejo y conservación:
www.melipona.net
Abejas indispensables en la
polinización
Las
abejas no solo producen miel y cera; su importancia también radica en la
polinización de los cultivos. En voz de Rogel
Villanueva, “la polinización de las abejas, como la que realiza cualquier otro
agente polinizador, consiste en la transferencia del polen de la flor masculina
a la flor femenina y más específicamente, del órgano reproductor masculino al
órgano reproductor femenino, esto es, de las anteras del estambre al estigma de
pistilo. Posteriormente ocurre la fecundación del óvulo por la célula masculina
del polen”.
“La
polinización de las flores es importante para lograr una fecundación cruzada;
cabe resaltar que de las 290 mil especies vegetales con flor que existen en el
mundo, solo 120 mil son polinizadas por el viento y el agua, y el resto
requieren agentes polinizadores (abejas, mariposas diurnas y nocturnas,
escarabajos, aves, murciélagos, entre otros animales). La tercera parte de los
alimentos que consumimos provienen de cultivos polinizados por animales, y de
ellos el 80% son abejas”.[2]
Es
muy importante mencionar que México ocupa el quinto lugar como productor de
miel, el cuarto como mayor exportador en el mundo y el tercero en producción de
cera. Los datos que proporciona Villanueva —mismos
que provienen de cifras de 2012 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)—,
muestran que se ha registrado una producción de miel promedio en los últimos 10
años de 55.9 miles de toneladas; en el mismo periodo se exportó un promedio
anual de 25.11 miles de toneladas, lo que permitió un ingreso a nuestro país de
unos 62.9 millones de dólares anuales. Los estados de mayor producción son
Yucatán, Campeche, Veracruz, Chiapas, Jalisco, Quintana Roo, Puebla, Morelos y
Guerrero.
La soya transgénica
En
la península de Yucatán existen alrededor de 150 especies de abejas nativas que
contribuyen a la polinización. Por otra parte, la abeja africanizada (Apis mellifera)
es un híbrido de la abeja europea y la africana, y se encuentra en la península
desde 1987. En México, esta abeja se ha manejado principalmente con fines de
producción de miel, aunque en el noroeste del país se utiliza para la
polinización de cultivos como la manzana. La apicultura (cría de melíferas), es
una actividad fundamental en la economía de productores, en su mayoría
campesinos.
En
años recientes se han presentado situaciones de tensión en torno a la
producción de miel, debido a la siembra de soya transgénica en la península.
Los detractores de su siembra señalan el posible impacto en el mercado
internacional de la miel mexicana, además de las repercusiones ambientales, ya
que se trata de un monocultivo intensivo que puede afectar la gran diversidad
de especies animales y vegetales de la zona. Por el momento, la siembra de soya
transgénica está suspendida, pero conviene analizar los antecedentes al
respecto y estar atentos a lo que ocurra en el futuro.
Detalles del estudio
Rogel
Villanueva narra que en marzo de 2012, la Comisión
Nacional de Biodiversidad (CONABIO) reunió en sus instalaciones de la ciudad de
México a varios investigadores del país vinculados con temas de biodiversidad,
abejas y mieles, para analizar las implicaciones que tendría sembrar 253,500
hectáreas de cultivo de soya transgénica en el país. La investigación fue
realizada por Rogel Villanueva Gutiérrez (ECOSUR), Carlos Echazarreta González
(Universidad Autónoma de Yucatán), David Roubik y Yolanda Moguel Ordóñez
(Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias).
La SAGARPA y Agro Bio de
México argumentaban que las abejas no visitaban las flores de soya, pero en el
estudio se demostró que sí. Se sabe que la flor de soya se puede autopolinizar,
pero esto no significa que no pueda ser polinizada por las abejas y por lo
tanto, llevarse a cabo una polinización cruzada.
En voz de Rogel
Villanueva, el estudio se desarrolló de este modo: “Encontramos que las abejas
melíferas sí obtienen el néctar y polen de las flores de la soya, confirmando
nuestras observaciones de campo y las evidencias de algunos trabajos previos
sobre la polinización de la soya en otros países. Tomamos muestras de miel de
panales de colmenas colocadas en apiarios cercanos a los campos de cultivo de
soya de Hopelchén, Campeche. De las muestras se extrajo polen y se analizó
palinológicamente (técnica molecular para su estudio) a fin de verificar si
contenía polen de soya o no. Entre junio y agosto de 2012 se tomaron 60
muestras de miel, pero no se encontró ningún grano de polen de soya. En octubre
del mismo año, se obtuvieron nueve muestras más y se encontró polen de soya en
seis, las cuales fueron enviadas al laboratorio de Intertek de Bremen,
Alemania, para que se analizaran genéticamente, aplicando el análisis de
Reacción de Cadena de Polimerasa (PCR). El análisis arrojó que dos de las seis
muestras eran positivas a la soya transgénica, aunque no estaba autorizada su
siembra”.
Mercado internacional de la
miel
En
la Unión Europea se han flexibilizado medidas en cuanto a la presencia de polen
transgénico en la miel, con lo que prácticamente ya no hay restricciones
legales para la venta del producto, sin embargo, la realidad es diferente, pues las empresas
envasadoras de Europa desean mantener la calidad del producto y no cambiarán su
posición de no usar miel con polen genéticamente modificado (GM) para el
consumo, señala el investigador.
Por lo anterior, “es
probable que México se vea obligado a penetrar el mercado de otros países, como
Estados Unidos y varias naciones latinoamericanas que no ponen obstáculos a la
compra de miel con polen transgénico. Un problema es el precio: pagan un 12%
menos de lo que otorgan países europeos como Alemania, lo cual afectaría
seriamente a la economía de los apicultores”. Hay que aclarar que en el caso de
la producción y venta de miel etiquetada como orgánica —que es la tendencia del mercado y comercio actual— no se permite ningún elemento de polen GM, ni de soya o ni
de ninguna planta transgénica.
“Hemos
demostrado que las abejas melíferas frecuentemente visitan las flores de la
soya GM en Campeche y consideramos que otras mieles mexicanas contienen polen
transgénico de ese cultivo”, afirma Rogel Villanueva.
“Con una economía basada en una agricultura de subsistencia asociada a la
producción de miel, las implicaciones sociales del cambio en la calidad y
estatus de la miel de la península de Yucatán tendrán repercusiones profundas
para la apicultura en general”.
Laura
López Argoytia es coordinadora de Fomento Editorial y Publicaciones Académicas
(llopez@ecosur.mx).
Ecofronteras, 2020, vol. 24, núm. 68, pp. 34-37, ISSN
2007-4549 (revista impresa), E-ISSN 2448-8577 (revista digital). Licencia CC
(no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx
[1] Ver en Ecofronteras 42 y 43: “Dulce manjar… Sabores, saberes y rituales curativos en torno a la miel de las meliponas”, http://revistas.ecosur.mx/ecofronteras/index.php/eco/article/view/721 , y “Las abejas meliponas desde la mirada de los escribas mayas”, http://revistas.ecosur.mx/ecofronteras/index.php/eco/article/view/731
[2] Ver “El ser vivo más importante del planeta”, Ecofronteras 65, http://revistas.ecosur.mx/ecofronteras/index.php/eco/article/view/1843