Aliviana-té
Zendy Evelyn Olivo-Vidal
¿Quién no ha
saboreado las bondades del té para combatir algún padecimiento, o simplemente
como bebida placentera en cualquier tarde de frío? Diversas infusiones y, desde
luego, las variedades de té derivadas de la planta Camellia sinnensis (utilizada desde la
antigua China), incluyen compuestos antioxidantes y otros más que resultan
benéficos para la salud, todo en una taza.
Grandes
beneficios del té
Se cuenta que
el té se descubrió por accidente cuando un emperador chino, hace más de 4 mil
años, dormitaba junto a un arbusto mientras a su lado se hervía un poco de agua
en un recipiente. Algunas hojas de aquel arbusto cayeron sobre el agua y el
emperador quedó muy satisfecho con la bebida recién descubierta; desde entonces
se propagó su consumo cada vez a mayor escala.
Cierta o no,
la historia nos da una idea del arraigo del té en la vida cotidiana. Se trata
de una de las bebidas más populares y antiguas del mundo, y desde tiempos
ancestrales se ha usado para acabar con distintos tipos de dolencias. Adicionalmente
a sus beneficios para la salud, se consume simplemente por placer o para
relajarse; de hecho, la mitad de la población mundial consume té en sus
diversas formas y variedades.
Estrictamente
hablando, la palabra té denomina a la bebida preparada con hojas de Camellia sinnensis, de
la que derivan las variedades básicas: verde, negro y blanco.
Sin embargo,
en términos prácticos llamaremos té a cualquier infusión que se prepara sumergiendo en
agua muy caliente, sin llegar al hervor, alguna sustancia vegetal, como hojas,
flores, frutos o cortezas de ciertas plantas. Se deja reposar por unos minutos
con el fin de que se disuelvan las partes solubles del vegetal, y por efecto
del calor se extraigan todas sus propiedades.
Por lo general, las plantas
empleadas para preparar diversos tés se denominan plantas medicinales,
ya que contienen compuestos químicos que pueden afectar al cuerpo humano en muchos aspectos.
¡El té contiene más de 4
mil compuestos! Tan solo en México se calculan cifras mayores a las mil
especies vegetales usadas para el tratamiento empírico o tradicional de
enfermedades y malestares en forma de infusiones. Debido a esto, existe una gran
diversidad de tés para todos los gustos y necesidades, ya que muchos de
los compuestos químicos contenidos en las plantas medicinales son solubles en
agua.
Entre los componentes activos
presentes en la mayoría de los tés se encuentran los antioxidantes, como
son los flavonoides, polifenoles y catequinas. De forma general, los antioxidantes
son moléculas que impiden la oxidación de otras moléculas y pueden retrasar el
proceso de envejecimiento, regenerar y reparar las células; diversos estudios sugieren que
también ayudan a nuestro cuerpo a prevenir el cáncer o la diabetes y se ha
demostrado que contribuyen a bloquear la oxidación del LDL (colesterol malo) y
aumentar el HDL (colesterol bueno) para así mejorar la función de las
arterias, lo que brinda un efecto protector ante la posibilidad de sufrir
hipertensión.(1)
Otros compuestos activos que favorecen
el fortalecimiento del sistema inmune son los flavonoides y la vitamina H
(aunque esta última se encuentra en menor cantidad), los cuales asisten al buen
funcionamiento de las defensas del cuerpo y previenen el daño celular. Las
probabilidades de sufrir enfermedades cardiacas también disminuyen con el
consumo de té, ya que previene la formación de peligrosos coágulos de sangre
que a menudo son la causa de los accidentes cerebrovasculares y ataques
cardiacos, además de que ayudan a disminuir la presión arterial.
Aunque parezca increíble, beber té
reduce la placa bacteriana pusto que posee ciertos
elementos llamados polifenoles y taninos; no obstante, el consumo de taninos
produce pigmentación en los dientes, especialmente si se combina con
clorhexidina, un antiséptico que se usa diluido para la
curación de lesiones de la mucosa bucal, como el
sangrado de encías o la aparición de llagas linguales.
A continuación
se enuncian algunos tipos de tés e infusiones que contienen los activos
descritos con anterioridad, y se agrega la aplicación medicinal de cada uno.
Té verde (Camellia sinensis)
Se elabora con las hojas de Camellia
sinensis desde hace unos 4 mil años. Este y otros
derivados de la misma planta constituyen la bebida más popular en todo el
mundo, solo superada por el agua, con un consumo mundial per cápita de
aproximadamente 120 mililitros por persona, lo que equivale a una media taza
por habitante en el mundo. Por su poder antioxidante es uno de los tés más
reconocidos.
Es rico en catequinas y soflavinas,
que evitan el desgaste prematuro de los tejidos del cuerpo. Un estudio sobre
osteoporosis realizado a un extenso grupo de adultos mayores demostró que
el consumo de té verde genera un pronunciado efecto en
la salud de los huesos; ayuda a preservarlos de
mejor manera al mantener una mayor masa ósea. Además, se demostró que puede
disminuir el riesgo de fracturas causadas
por la osteoporosis.
Esta bebida contiene un tipo de antioxidantes que estimula el
buen funcionamiento de la memoria y protege al cerebro del desarrollo de
enfermedades cognitivas como el Alzheimer. En una investigación encabezada por
especialistas del Hospital Universitario de Basilea, en Suiza, se descubrió que
las personas sanas que aceptaron tomar un refresco con 27.5 gramos de extracto
de té verde mostraron una actividad más intensa en las áreas cerebrales
relacionadas con la memoria.
Té de canela (Cinnamomum verum)
Al beberlo regularmente, el té de canela mejora los niveles
de glucosa en pacientes con diabetes mellitus y con síndrome metabólico.
Además, influye en la reducción del nivel de colesterol malo, calma
malestares estomacales y coadyuva a mejorar la memoria. Usualmente se les
recomienda a las personas que padecen resfriados, debido a que ayuda a
fortalecer el sistema inmune. Otras investigaciones han demostrado su potencial
para disminuir los niveles de glucosa posprandial (después de ingerir los
alimentos), considerando que cuando esos niveles son altos se puede favorecer
la producción de radicales libres (estado de estrés oxidativo), lo que se ha
asociado con enfermedades como la diabetes mellitus, hígado graso o
hipertensión arterial.
Té de limón (Cymbopogon citratus)
Es uno de los tés de mayor consumo en el mundo y provee
múltiples beneficios al cuerpo gracias a su aporte de vitaminas y minerales,
como magnesio, fósforo, potasio, pectina y vitamina A. Proviene de una planta
herbácea conocida también como zacate limón, que se encuentra en gran parte del
territorio mexicano. Contribuye a reforzar el sistema inmune y a combatir
enfermedades bacterianas; al respecto, recientes análisis de laboratorio han
demostrado la eficacia antibacteriana de esta infusión. Otra de sus bondades es
que mejora la absorción de hierro y es útil en el combate de padecimientos como
la artritis y la hipertensión.
Té de manzanilla (Chamaemelum nobile)
Preparado a base de flores y tallos de esta planta, tiene
propiedades que propician mejoras en el sistema inmunológico y evitan
enfermedades asociadas con los resfriados. El té de manzanilla también es
famoso por reducir el dolor menstrual de las mujeres, ya que alivia los
espasmos musculares. Por si fuera poco, mejora la calidad del sueño.
Té de jazmín (Jasminum) y té de valeriana (Valeriana officinalis)
El té de jazmín, a base de té verde y pétalos de jazmín,
sirve para reducir el impacto del estrés, ya que puede calmar los nervios y
regular el estado de ánimo, así como reducir los dolores de cabeza, además de
ser útil como digestivo.
El té de valeriana también propicia la relajación y así
se logra un sueño seguro y efectivo. Se prepara con la raíz de la planta
denominada valeriana, la cual contiene aceites esenciales con efectos sedantes
y relajantes. Debido a su potente acción, está contraindicada en personas que
toman medicamentos sedantes.
Té blanco, té rojo o pu-erh
y té azul u oolong (Camellia sinensis)
Estos tipos de tés no son tan comunes en México, sin embargo,
su introducción y consumo en el país van al alza. El primero apenas empieza a
conocerse, y es considerado como una fuente de antioxidantes mayor que el
té verde y con un gran poder de regeneración de tejidos, aunque aún se siguen
realizando estudios al respecto. Su suave sabor lo convierte en una grata
bebida refrescante.
Al té blanco se le han atribuido una gran lista de
propiedades, como ser un tónico ideal para combatir la fatiga física, favorecer
la eliminación de grasas, beneficiar la capacidad de concentración y la
memoria. Asimismo, contribuye a reducir el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares, pues disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos.
El té rojo se aprovecha para combatir la retención de
líquidos. Es de sabor fuerte, terroso y un tanto difícil de tomar. El té azul
es una variedad y combinación del té verde y rojo; se trata de un semifermentado con propiedades antioxidantes y regula los
niveles de grasa y del colesterol.
¿Efectos
secundarios?
Después de mencionar varias propiedades medicinales de
algunos tipos de té, compete preguntarnos si estas bebidas provocan efectos
secundarios. La realidad es que sí los tienen cuando son consumidos en exceso.
Las sustancias que ejercen un efecto benéfico pueden resultar dañinas para el
organismo si se ingieren en grandes cantidades. Por ejemplo, debido a la
cafeína presente en las hojas del té verde, abusar de su consumo llega a
provocar insomnio, ansiedad y adicción; es contraindicado para quienes sufren de
hipertensión o sensibilidad a dicha sustancia. Los taninos, también componentes
del té verde, reducen la biodisponibilidad y absorción del hierro, por lo que
no se recomienda su consumo en personas con anemia ferropénica.
Resaltamos que la cantidad es el problema, de modo que siempre
que se integren adecuadamente a nuestra dieta, podemos asegurar que los tés son
benéficos para la salud. Cada tipo tiene sus propias características, por ello
es importante que aprendamos a distinguirlas para aprovechar verdaderamente sus
beneficios y evitar efectos no deseados. En general, se trata de una
bebida que relaja, reconforta y en gran medida, alivia.
Zendy Evelyn Olivo-Vidal es técnica académica del
Departamento de Salud, ECOSUR Villahermosa (ozendy@ecosur.mx).
(1) Ver
“Alimentos antioxidantes de cinco estrellas”, Ecofronteras
65, http://revistas.ecosur.mx/ecofronteras/index.php/eco/article/view/1837
Ecofronteras, 2020, vol. 24, núm. 68, pp. 14-17,
ISSN 2007-4549 (revista impresa), E-ISSN 2448-8577 (revista digital). Licencia
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