Mirando al sur

 

El concepto de biotecnología se usó por primera vez hace casi 100 años. Karl Ereky, ingeniero agrícola húngaro, lo acuñó en 1919 para referirse a la fusión entre biología y tecnología. Esta ciencia describe la utilización de organismos vivos o sus derivados para crear o modificar productos o procesos.

 

El cultivo de microalgas a partir de aguas residuales es uno de los desarrollos con los que la biotecnología puede producir biocombustibles sin competir con cultivos del mercado alimentario, como ocurrió con los precios del maíz que se dispararon en México por su uso en el bioetanol.

 

 

Para afrontar el dengue, chikungunya y zika, en Chiapas y Guatemala se está desarrollando un proyecto ligado a la técnica del insecto estéril: se producen y liberan mosquitos machos estériles a gran escala de la especie transmisora (mediante radiación gama); como no tienen descendencia, se reduce la natalidad del insecto. En otras partes del mundo se están probando mosquitos resistentes al dengue o inoculados con bacterias que evitan su susceptibilidad al virus.

 

Las plantas de tratamiento de aguas residuales requieren procesos biotecnológicos para producir agua de rehúso en actividades agrícolas, industriales y servicios municipales, entre otras. La planta Tuchtlán, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, puede procesar 320 litros de aguas residuales por segundo.

 

 

Fuentes: https://www.amgen.es/nuestra-ciencia/biotecnologia/, http://www.revista.unam.mx/vol.15/num8/art63/#, http://revistas.ecosur.mx/ecofronteras/index.php/eco/article/view/1828

https://www.sciencemag.org/news/2018/08/scientist-convinced-australian-city-become-haven-mosquitoes, http://smapa.gob.mx/SaneamientoIntegral/tuchtlan.html