El ser vivo m‡s importante del planeta

 

M—nica Gonz‡lez Jaramillo, Eduardo Mart’nez Romero, Ligia G. Esparza Olgu’n y Horacio de la Cueva

 

Las abejas se han ganado la denominaci—n de Òseres m‡s importantes del planetaÓ, por su papel en la polinizaci—n. En MŽxico hay abejas sin aguij—n con una fuerte presencia cultural adem‡s de ecol—gica: las meliponas. Actualmente la Melipona beecheii y otras especies est‡n en riesgo por la deforestaci—n y fragmentaci—n de las selvas; ante eso, las pr‡cticas de conservaci—n y la meliponicultura son la respuesta.

 

Sin polinizaci—n no hay vegetaci—n

 

Parece obvia la relaci—n entre polen y polinizador, pero es importante tomar conciencia al respecto. El polen son los diminutos granos que se necesitan para la reproducci—n de las plantas con semilla, y el polinizador es un animal insecto, ave o murciŽlago que los transfiere de una planta a otra. Aunque raros, tambiŽn hay lagartos que lo hacen; son insect’voros, pero incluyen algo de nŽctar en su dieta, como algunas lagartijas y geckos.

 

De las plantas que aprovechamos en MŽxico para alimentaci—n, insumos medicinales, ornato o cualquier otro uso, entre el 80 y 86% dependen de un polinizador para reproducirse Áy seguir existiendo! Mucho se dice, en tono de broma, que sin murciŽlagos no habr’a tequila, pues una especie de este mam’fero consume nŽctar del agave azul y lo poliniza.

 

Entre los insectos polinizadores destacan cuatro grupos: abejas, avispas y hormigas; moscas y mosquitos; mariposas y polillas o mariposas nocturnas, y los escarabajos. En este texto nos centramos en las abejas por su destacado papel como polinizadoras y por el riesgo en que se encuentran hoy en d’a.

 

Lo que hacen es acercarse a las flores para consumir nŽctar (fuente de energ’a) y polen (fuente de prote’na), y al marcharse transportan los granos en sus patas o en su vellosidad; cuando van a otra flor, se los transfieren. Polinizan hasta un cuarto de mill—n de especies de plantas nativas y de cultivo, por lo que tienen un gran valor ecol—gico y econ—mico. No por nada han sido declaradas el ser vivo m‡s importante del planeta (EarthWatch, Sociedad Geogr‡fica de Londres, 2008).

 

A pesar de su valor, en todo el mundo las colonias de abejas est‡n colapsando a tasas preocupantes, a causa del calentamiento global, el uso de pesticidas, la pŽrdida de h‡bitat y la presencia de par‡sitos y pat—genos. Esto tiene consecuencias cat‡stroficas para la biodiversidad.

 

Selvas y abejas

 

Segœn datos de varios estudios, en el mundo hay aproximadamente 20 mil especies de abejas y unas 2 mil en MŽxico. Contrariamente a lo que podr’a pensarse, no todas viven colectivamente en grandes panales y existe mucha variedad en las especies. Pueden tener aguij—n funcional o carecer de Žl; algunas est‡n presentes en varios tipos de vegetaci—n, mientras que otras solo en uno. Las hay solitarias, parasociales (poco sociales y sin castas) y eusociales (sociales con castas definidas).

 

Se conocen de 33 a 50 gŽneros y de 391 a 400 especies de abejas sin aguij—n exclusivas de las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Son un grupo muy antiguo y se han encontrado f—siles en el sur de MŽxico que datan del Mioceno (hace unos 20 millones de a–os). En nuestro pa’s existen al menos 11 gŽneros y 46 especies que habitan principalmente en las selvas tropicales perennifolias (siempre verdes), y visitan entre el 30 y 40% de las especies vegetales nativas para colectar nŽctar y polen, por lo que las selvas dependen de ellas para su polinizaci—n y mantenimiento. Es una relaci—n mutua y necesaria.

 

Las abejas del gŽnero Melipona spp. (tribu Meliponini) (1) son eusociales, sedentarias, sin aguij—n funcional y viven en colonias permanentes con una reina y varias obreras. En el sur-sureste del pa’s solo una especie se considera endŽmica: Melipona yucatanica. Algunas otras, como las Cephalotrigona spp., Scaptotrigona spp. y Trigona spp., son criadas, manejadas y cultivadas para la cosecha de miel y otros subproductos cerumen y prop—leo, pero la Melipona beecheii se distingue por su gran importancia cultural. Se le llama tambiŽn xun‡an-kaab, koolel-kaab o pool kaab en maya peninsular, o ajau-chab y suk-ajatiŽ en las lenguas mayenses chol, chontal y tseltal de Tabasco y Chiapas.

 

Meliponicultura: pr‡ctica ancestral

 

Las abejas Melipona beecheii se cr’an de forma tradicional en la pen’nsula de Yucat‡n, y tambiŽn son significativas en Tabasco, Chiapas y Oaxaca. Su cultivo, la meliponicultura (que incluye a otras especies nativas sin aguij—n), se desarroll— desde tiempos ancestrales en la cultura maya y aœn persiste en algunas comunidades; puede considerarse en decadencia, aunque al mismo tiempo se est‡ despertando un nuevo interŽs hacia esta pr‡ctica. En algunas regiones de la pen’nsula, es comœn la producci—n de abejas con el uso de jobones (troncos huecos), tal como se registra la actividad en el c—dice Madrid, ejecutada ah’ por deidades mayas; en otras zonas del pa’s se acostumbra usar ollas de barro. La miel producida por M. Beecheii, y sus productos, est‡ ligada estrechamente a la tradici—n religiosa en ceremonias rituales, como el U Jaanli kab (la comida de las abejas), que busca propiciar buenas temporadas de floraci—n en beneficio de las polinizadoras. Adem‡s tiene aplicaciones en la medicina y herbolaria tradicional por sus propiedades antibi—ticas, de modo que es aprovechada por curanderos y parteras.

 

La meliponicultura se practica tambiŽn en Totonacapan en Veracruz, Cuetzalan en la Sierra Norte de Puebla, la Huasteca Potosina y la Sierra de Atoyac en Guerrero, con especies como Scaptotrigona mexicana (Pisil Nek-mej en nhuatl y T‡xkat en totonaca), Melipona fasciata (colmena real) y Scaptotrigona hellwegerii (abeja bermeja).

 

Abejas en competencia

 

En comparaci—n con las abejas mel’feras, que son especies europeas, africanas y africanizadas de la tribu Apis, las meliponas producen miel en peque–as cantidades. No obstante, su valor es hasta 10 veces mayor y aun as’ existe poco interŽs en su crianza. De igual modo, ha sido poco difundida la opci—n de usarlas para polinizar cultivos, a pesar de que las llamadas bo«ol (Nannotrigona perilampoides) y otros meliponinos (Scaptotrigona pectoralis y Trigona nigra) son polinizadoras eficientes y se usan con plantas de invernadero en Yucat‡n, por ejemplo, para producir chile habanero, tomate, aguacate y cucurbit‡ceas (calabaza, mel—n, pepino y sandia).

 

Aunque las actividades humanas est‡n poniendo en peligro a las abejas en general, el riesgo es mayor para aquellas sin aguij—n a causa de la deforestaci—n y la fragmentaci—n de la selva para uso ganadero, agrcola y para la tala selectiva de especies maderables. Las de origen silvestre hacen sus colmenas en los troncos huecos de los ‡rboles con di‡metro mayor a 25 cent’metros en el caso de M. beecheii, por lo que necesitan selvas sin talar. Adem‡s, las reinas no vuelan, as’ que las colonias tienen h‡bitos sedentarios que impiden que se muevan de lugar en enjambres, como s’ lo hacen las mel’feras Apis.

 

Por su parte, las que se cr’an mediante actividad humana, es decir, las abejas domŽsticas, se enfrentan a una feroz competencia de recursos con la abeja africanizada (Apis mellifera scutellata), que como ya mencionamos, es m‡s productiva que las meliponas y su cultivo ha ido en aumento (apicultura). Las nativas son desplazadas de los sitios de pecoreo (recolecci—n de miel y polen) y esto acelera la preocupante disminuci—n de sus poblaciones. Ellas buscan alimento a corta distancia de sus colmenas y lo encuentran en la flora de ‡rboles mel’feros nativos, hierbas y arbustos, por lo que dependen de la diversidad y de los ciclos florales de la de la selva para subsistir. Incluso en selvas conservadas, las colonias silvestres de M. beecheii ya son muy raras.

 

ÀPor quŽ conservarlas?

 

Las abejas sin aguij—n son polinizadores de la selva elementales, y su presencia indica que los ecosistemas selv‡ticos son saludables. Se necesitan acciones y medidas de conservaci—n prioritarias, como evitar la deforestaci—n y fragmentaci—n de los territorios implementando modelos productivos de agricultura sostenible amigables con los polinizadores; sistemas que permitan mantener el sustento de las comunidades rurales y los servicios ecosistŽmicos del paisaje: filtraci—n de agua, reservorios de carbono, disminuci—n de gases invernadero. Un ejemplo son los m—dulos agroforestales en donde se cultivan especies nativas maderables, mel’feras, hortalizas y frutales, con los objetivos de evitar los monocultivos y el desmonte de selvas, atraer polinizadores y obtener producciones redituables a corto, mediano y largo plazo.

 

Otra acci—n necesaria es brindar capacitaci—n a los meliponicultores y apicultores respecto a la vegetaci—n nativa alrededor de las colmenas y corredores biol—gicos, para permitir la conectividad entre los diferentes tipos de vegetaci—n y las ‡reas agropecuarias, as’ como la restauraci—n de h‡bitats para los polinizadores.

 

Aunque pueda haber quien no considere a las abejas como el nœmero uno de los seres vivos m‡s importantes del planeta, nadie puede negar que la biodiversidad depende en gran medida de ellas. Adem‡s, particularmente las meliponas han estado ligadas a nuestras culturas desde hace siglos, ayudan a conservar especies vegetales locales y su miel ofrece productos medicinalesÉ Sin duda, la reducci—n de sus poblaciones debe ser tomada muy en serio.

 

Recuadro, no es entŽrate:

 

En el sur-sureste de MŽxico se han generado valiosos estudios para la conservaci—n de las abejas y el desarrollo de la meliponicultura. Por ejemplo, en el Colegio de la Frontera del Sur (ECOSUR), Unidad Campeche, los acadŽmicos Lucio Pat Pablo Hern‡ndez y Francisco Gu’zar tienen a su cargo el meliponario ÒXun‡an KaabÓ, en donde se cr’an especies de abejas sin aguij—n: xun‡an kaab (Melipona beecheii), sac xin (Friesomelitta nigra nigra), bo«ol (Nannotrigona perilampoides), k«antsak (Scaptotrigona pectoralis) y taah kaab (Ceohalotrigoa zexmaniae). Por su parte, Rogel Villanueva (Unidad Chetumal), Remy Vandame (Unidad San Crist—bal), Miguel çngel Guzm‡n D’az (Universidad Aut—noma de Yucat‡n), as’ como Jorge Gonz‡lez Acereto y JosŽ Javier Quezada Eu‡n, han realizado destacados estudios sobre la biolog’a, ecolog’a e importancia cultural de las meliponas. TambiŽn la asociaci—n civil de Sur Verde (Campeche) trabaja muy de cerca con los productores de miel en la selva de Calakmul.

 

M—nica Gonz‡lez Jaramillo (mogonzalezjaramillo@gmail.com) y Eduardo Mart’nez (eduardo.martinez@surverde.org) son acadŽmicos de Investigaci—n y Soluciones Socioambientales A.C. Ligia G. Esparza Olgu’n es investigadora del Departamento de Conservaci—n de la Biodiversidad de ECOSUR Campeche (lesparza@ecosur.mx). Horacio de la Cueva es investigador del Centro de Investigaci—n Cient’fica y de Educaci—n Superior de Ensenada (cuevas@cicese.mx).

 

(1) Tribu es una categor’a taxon—mica utilizada ocasionalmente entre gŽnero y familia.

 

 

 

Ecofronteras, 2019, vol. 23, nœm. 65, pp. 30-33, ISSN 2007-4549 (revista impresa), E-ISSN 2448-8577 (revista digital). Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx