Circulaci—n de saberes y conocimientos para hacer milpa

Benjam’n Ajuria Mu–oz y Roc’o Garc’a Bustamante

 

M‡s que una asociaci—n de granos y vegetales, la milpa es un sistema biol—gico-cultural identitario que vale la pena preservar en la lucha por la construcci—n de una soberan’a alimentaria. Es tambiŽn eje de la postura pol’tica del Grupo Vicente Guerrero (Tlaxcala) en defensa de un patrimonio que requiere la circulaci—n de saberes y conocimientos en varias direcciones.

 

Este trabajo recupera la experiencia del Grupo Vicente Guerrero (GVG) en Tlaxcala, organizaci—n de campesinas y campesinos que ha logrado un amplio reconocimiento en temas de rescate del ma’z criollo y producci—n agroecol—gica.

El grupo est‡ articulado con la poblaci—n de Vicente Guerrero, municipio de Espa–ita, y brinda acompa–amiento al menos en 15 comunidades de varios municipios del estado, mostrando una postura pol’tica de defensa del patrimonio biol—gico y cultural en la regi—n.

 

Nuestra intenci—n es destacar la importancia del intercambio de saberes y conocimientos en las organizaciones campesinas que practican la milpa, considerando que no se trata œnicamente de una asociaci—n de ma’z, frijol, calabaza y otras especies vegetales, sino que representa todo un sistema biol—gico-cultural identitario y de memoria, cuyos procesos tienen un sentido alimentario y sociopol’tico en el que se lucha por la conservaci—n de semillas nativas y la construcci—n de una soberan’a alimentaria. Hacer milpa implica que saberes campesinos y conocimientos cient’ficos circulen por diferentes ‡mbitos, tanto en los espacios ’ntimos de la reproducci—n social como en los lugares pœblicos de la acci—n pol’tica.  

 

La trayectoria del GVG

 

El GVG surgi— en la dŽcada de 1970 cuando la organizaci—n cu‡quera ComitŽ Mexicano de Servicios de los Amigos apoy— un proyecto en el que los activistas Eric Holt-GimŽnez y Kaki Rusmore gestionaron capacitaciones para la poblaci—n campesina, en temas de estufas ahorradoras de le–a y huertos biointensivos. Ese periodo marc— para ellos el inicio de una larga trayectoria en investigaci—n y promoci—n de la agroecolog’a y del mŽtodo Campesino a Campesino en CentroamŽrica y el Caribe.

 

El punto de inflexi—n ocurri— cuando Eric Holt- GimŽnez invit— al agr—nomo Marcos Orozco y a un grupo de campesinos mayas kaqchikeles a impartir un taller sobre conservaci—n de suelo y agua en el poblado de Vicente Guerrero, a fin de conocer el territorio, su topograf’a y escurrimientos. Los maestros kaqchikeles compartieron sus saberes mediante la experimentaci—n, la observaci—n y las emociones, a diferencia de los tradicionales mŽtodos gubernamentales de ense–anza-aprendizaje. ÒPresentaron el mejoramiento agr’cola como un producto l—gico del pensamiento claro y de la compasi—n, basado en el amor a la agricultura, a la familia, a la naturaleza y a la comunidad,Ó narra Holt-GimŽnez en el libro Campesino a Campesino: Voces de LatinoamŽrica Movimiento Campesino para la Agricultura Sustentable (SIMAS, 2008, Managua).

 

A partir de entonces se dio un largo proceso en el que los alumnos se transformaron en maestros. Primero se organizaron como un grupo de promotores en agroecolog’a, y en la dŽcada de 1980 fueron actores clave en la organizaci—n no gubernamental Servicios, Desarrollo y Paz A.C. (SEDEPAC). Para mediados de la dŽcada de 1990 se constituyeron como sociedad civil y crearon v’nculos con la Fundaci—n Rockefeller y Pan para el Mundo. En 2005, en conjunto con otras organizaciones tlaxcaltecas fundaron el Mercado Alternativo Agroecol—gico de Tlaxcala, y sus actividades se han diversificado en torno a la capacitaci—n y a la conservaci—n y aprovechamiento de recursos naturales.

 

Puesta en circulaci—n de conocimientos y saberes

 

GVG utiliza la metodolog’a Campesino a Campesino como estrategia para el intercambio de saberes. Se trata de una aproximaci—n centrada en la gente, y en semejanza con planteamientos de Paulo Freire, se enfoca en la construcci—n de relaciones horizontales entre educador y educando. Desde esta perspectiva, el instructor no est‡ en el centro, sino que la toma de decisiones se traslada al campesinado y se facilita su proceso de empoderamiento; formulan preguntas, toman la iniciativa y van adquiriendo mayor seguridad.   

 

En las interacciones surgen mœltiples formas de innovaci—n y adaptaci—n de conocimientos a las condiciones del territorio y la poblaci—n. Por ejemplo, los campesinos de GVG han transformado la tŽcnica japonesa de composteo bokashi al agregar pulque para acelerar la fermentaci—n, y la renombraron como tlaxcashi.

 

Sin embargo, una jefa de familia expres— la dificultad de traspalar tres toneladas de tlaxcashi cada tercer d’a, de modo que se exploran otras alternativas, entre ellas la lombricomposta. El reto constante es que las personas internalicen los principios agroecol—gicos y los adapten con creatividad para hacer frente a sus propias necesidades.

 

Intercambios en la parcela

 

En la parcela, la estrategia ha sido demostrativa. Se siembra en peque–a escala en una parte del terreno o un huerto de traspatio, incluso en un par de metros cuadrados, usando sencillas tŽcnicas y herramientas para mostrar pr‡cticas agroecol—gicas, como la formaci—n de suelos con terrazas acordes a la topograf’a del terreno para conservar la humedad y evitar la erosi—n. Adem‡s, se hacen constantes recorridos a parcelas experimentales de las futuras personas promotoras, para que expliquen sus logros y problemas. ÒLos iniciadores tuvieron que mostrar el trabajo que hicieron en sus parcelas –relata Alicia Sarmiento, integrante del grupo–. Fue un Žxito y poco a poco toda la comunidad aprendi— viendo, se dieron cuenta que esas tierras produc’an m‡s, y todos empezaron a hacer trabajos igualesÓ.

 

En el proceso se crean oportunidades para rescatar saberes tradicionales, por ejemplo, lo relativo a diferentes especies de quelites, los cuales son clave en la biodiversidad de los agroecosistemas. Recordemos que los quelites son especies comestibles –verdolaga, romerito p‡palo y otras–, que se han domesticado y cultivado en la milpa.

 

Es importante que este agroecosistema se inserte en las acciones y estrategias de la gente en tŽrminos de subsistencia y proyectos de vida. M‡s que procesos productivos, las etapas de la milpa se vuelven acontecimientos familiares y sociales. Las mujeres seleccionan las variedades de ma’z para el siguiente ciclo, ya que saben lo que es mejor para los alimentos y platillos. Los ni–os conocen las semillas y aprenden a sembrarlas mientras juegan. Los padres ense–an a los hijos mayores a conducir la yunta, y as’ podr’amos seguir mencionando elementos de la vida cotidiana, desde la siembra hasta la comercializaci—n de excedentes y el intercambio de semillas. As’, las familias se apropian de m‡s eslabones en la cadena productiva y caminan en la construcci—n de su soberan’a alimentaria.  

 

Y en la esfera pœblicaÉ

 

Las estructuras econ—micas y pol’ticas frecuentemente constituyen un obst‡culo para hacer la milpa. Un reto es revertir las pol’ticas que favorecen el modelo productivo de la Òrevoluci—n verdeÓ, basada en el uso de agroqu’micos con un sistema de paquetes tecnol—gicos que desplazan los conocimientos ecol—gicos y tradicionales del campesinado. Por eso, el GVG intenta incidir en las pol’ticas pœblicas mediante la circulaci—n de conocimientos y saberes en torno al ma’z, junto con la elaboraci—n de propuestas para conservarlo y protegerlo.

 

La Feria del Ma’z se realiza con este fin desde hace 20 a–os y se ha replicado en varias localidades de Tlaxcala. El principal objetivo es la exposici—n e intercambio de semillas, reafirmando que el ma’z y sus procesos no pertenecen a empresas privadas, sino que son un bien pœblico resguardado por comunidades campesinas.

 

TambiŽn hay intercambio de experiencias sobre herbolaria local o medicina tradicional, a la vez que se difunden conocimientos cient’ficos relacionados con agricultura, ambiente y salud. Se discuten desde los efectos del Tratado de Libre Comercio para AmŽrica del Norte en el campo mexicano hasta las consecuencias de los transgŽnicos en la salud y la biodiversidad. Las ferias hacen posible el di‡logo de saberes entre campesinos, investigadores, activistas y consumidores.

 

Por otra parte, una de las incidencias pol’ticas m‡s significativas del GVG es la aprobaci—n de la Ley de Fomento y Protecci—n al Ma’z como Patrimonio Originario, en Diversificaci—n Constante y Alimentario, para el estado de Tlaxcala, que busca proteger y promover las especies nativas de ma’z. La ley ha generado debates y posturas diversas, y se han se–alado sus limitaciones y riesgos potenciales, pero sin duda ayud— a la amplia difusi—n y toma de conciencia respecto a la amenaza que enfrenta el ma’z nativo ante la introducci—n de variedades genŽticamente modificadas.

 

La elaboraci—n de la ley requiri— la articulaci—n de acciones: se generaron canales de comunicaci—n entre campesinos y cient’ficos que ya ten’an un acercamiento previo en las ferias de ma’z, y se hizo llegar esa informaci—n a los diputados a travŽs de foros en el Congreso estatal, en los que participaron congresistas, organizaciones de la sociedad civil, personas dedicadas al campo y a la investigaci—n. Un desaf’o fue traducir en tŽrminos legales los conocimientos campesinos y cient’ficos, para lo que el abogado internaliz— la importancia cient’fica y cultural de preservar el ma’z nativo y la incorpor— en su argumentaci—n.

 

A su vez, los campesinos definieron en tŽrminos legales sus objetivos, de forma que la ley fuera aprobada acorde con sus intereses y valores.

 

ÒAs’ garantizamos sustentabilidadÓ

 

La circulaci—n de saberes campesinos y conocimientos cient’ficos entre diferentes actores sociales y pol’ticos es fundamental para preservar la diversidad cultural, la vida campesina, las identidades y la memoria. Requiere su incorporaci—n a pr‡cticas cotidianas, m‡s all‡ de demostraciones tŽcnicas.

 

El nœcleo sigue estando en saberes y conocimientos generados y validados en la pr‡ctica, compartidos entre iguales, sometidos a cambios y nuevas condiciones que propician la innovaci—n, adaptaci—n y mejoras. En el proceso, deben transitar por diferentes ‡mbitos: privado, comunitario, pœblico... ÒSe tienen que transmitir los conocimientos –asegura Rogelio S‡nchez, integrante del GVG–, as’ es como garantizamos la sustentabilidad en el tiempo y en el espacioÓ.

 

Benjam’n Ajuria Mu–oz es candidato a doctor en el posgrado en Geograf’a de la Universidad Nacional Aut—noma de MŽxico (benjaminajuria@gmail.com). Roc’o Garc’a Bustamante es posdoctorante de ECOSUR Chetumal (rogarbus@gmail.com).

 

 

Ecofronteras, 2018, vol. 22, nœm. 64, pp. 6-8, ISSN 2007-4549 (revista impresa), E-ISSN 2448-8577 (revista digital). Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx