Biodiversidad de altura
Benigno
G—mez, James Rodr’guez Acosta y David Samuel Estacuy Cojulœm
El Tacan‡ es un complejo volc‡nico de 4,060 msnm con una rica biodiversidad que lo hace un sitio de interŽs nacional e
internacional. Es reserva de la bi—sfera, regi—n
terrestre prioritaria para la conservaci—n, ‡rea de importancia para las aves, entre otras denominaciones que adquieren sentido con la
participaci—n de pobladores y grupos organizados, como la Red de Monitores Comunitarios del Pav—n o
Pavo de Cacho.
De los
volcanes activos en MŽxico, el Tacan‡ se considera uno de los m‡s
importantes, debido a que hay asentamientos humanos establecidos muy cerca. No
se trata de un volc‡n œnico o individual, sino que se compone de
cuatro estructuras o edificios alineados: Chichuj
(Talqui‡n), Tacan‡ –en el que est‡ la cima–, Domo de las Ardillas y San Antonio
(El çguila). Ha
sido llamado volc‡n Soconusco, Istak y desde 1896, Tacan‡.
Este complejo volc‡nico se localiza
en la frontera internacional de MŽxico (Chiapas) y Guatemala (Departamento de San
Marcos). Ocupa una superficie de aproximadamente 300 km2, que
aumenta a 3,170 km2 de ‡rea transfronteriza por las cuencas hidrogr‡ficas
que se le asocian. De sus laderas nacen las cuencas de los r’os Cosalapa y Cahoac‡n en el
lado mexicano, y comparte las del Coat‡n y el Suchiate (este œltimo es
frontera natural entre ambos pa’ses). Los recursos h’dricos son valiosos por brindar agua
para riego y uso domŽstico y por generar climas favorables para cultivos –cafŽ,
cacao, ma’z–, entre otros factores.
El
Tacan‡ alcanza una altura de 4,060 metros sobre el nivel del mar segœn varios expertos ge—logos-vulcan—logos,
aunque hay fuentes que lo sitœan a 4,092 o 4,120 metros. Como sea, es el pico m‡s alto de Chiapas, el dŽcimo en MŽxico y el segundo en Guatemala (despuŽs del Tajumulco,
su vecino). La
l’nea divisoria entre MŽxico y Guatemala cruza la cima.
Riqueza biol—gica
La
gran diversidad biol—gica del Tacan‡ se debe a que su considerable altitud
favorece la presencia de diversos ecosistemas, que van de tupidos bosques a pastizales
sin ‡rboles. Un tipo de vegetaci—n predominante es el bosque mes—filo de monta–a,
donde la humedad y lluvias abundantes facilitan la presencia de plantas
trepadoras y ep’fitas –como orqu’deas y bromelias– en ‡rboles de 10
a 25 metros o m‡s (las ep’fitas usan como soporte al ‡rbol, sin quitarle
nutrientes). Otro tipo es la selva mediana subperennifolia, ubicada en laderas entre los
1,200 y 2,300 metros de altitud, donde la lluvia es una constante casi todo el
a–o; en esta ‡rea habita comunidad vegetal conocida como chusqueal: asociaci—n
de grandes plantas gram’neas con aspecto de bambœ.
En gran parte
del volc‡n hay presencia de bosque de pinos, que ceden espacio a los bosques de
romerillo en los lugares hœmedos con pendientes pronunciadas desde los 2,800 hasta
los 3,800 metros sobre el nivel del mar. Adem‡s, es posible identificar un
cintur—n de bosque de pino con encinos asociados, entre 2,600 y 3,800 metros. En
mayores alturas, hacia los 4 mil metros en ‡reas expuestas a los vientos, se
ubica el p‡ramo de monta–a, cercano a los matorrales bajos de ciprŽs enano. Por
œltimo, en las zonas elevadas de la ladera sureste crecen los pastizales, con
pastos de hasta dos metros.
Cada
segmento de vegetaci—n contiene un cœmulo de vida animal y vegetal. La riqueza
biol—gica del Tacan‡ ha sido descrita mediante el registro de m‡s de 3,200
especies, de las que unas 1,960 son plantas y hongos, y cerca de 1,290 son
animales: artr—podos, anfibios, reptiles, mam’feros y un destacado nœmero de
aves (cerca de 600). M‡s de 130 especies son endŽmicas, es decir, solo se
encuentran ah’. Entre los animales emblem‡ticos sobresalen varias aves
–quetzal, pav—n, chipe rosado, trog—n tricolor, pajuil–, adem‡s de
otros organismos, como mariposa liman—poda, sapo del Tacan‡, ocelote y jabal’
de collar, algunos de los cuales se clasifican en categor’as de riesgo.
No se
cuenta con estudios suficientes de todas las especies; por ejemplo, de los
artr—podos se ha trabajado mucho en el registro de mariposas y escarabajos,
pero no tanto en otros grupos. Como dato curioso, la Comisi—n Nacional de çreas
Naturales Protegidas asegura que Òel Volc‡n Tacan‡ sirve como refugio de la
poblaci—n m‡s austral de la mariposa monarca en MŽxicoÓ (Programa de Manejo
Reserva de la Bi—sfera Volc‡n Tacan‡, 2013).
Especies amenazadas
La enorme diversidad
biol—gica no se salva de exponerse a factores que ponen en riesgo su
existencia, en
especial a causa de actividades humanas. Gran parte de los poblados
del Tacan‡ han firmado acuerdos de no cacer’a y desarrollan importantes
esfuerzos de conservaci—n comunal, principalmente por medio de monitores
comunitarios. Sin embargo, es frecuente que personas de otros lugares
–incluso de Tapachula– se aventuren en el Tacan‡ para cazar y
extraer elementos de la vegetaci—n, como orqu’deas, pinabetes, laureles y
helechos arborescentes, causando fuertes impactos.
El saqueo de organismos para el comercio va cobrando mayor relevancia. Actualmente
la
Convenci—n sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y
flora silvestre (CITES) incluye varias aves y mam’feros en grave peligro, y m‡s de 60
animales, sobre todo aves, que podr’an acercarse a la extinci—n si no se
controla su venta.
Tanto la
Norma Oficial Mexicana de protecci—n ambiental (NOM-59 Nom-059-
Semarnat 2010) como el libro rojo de la Uni—n Internacional para la
Conservaci—n de la Naturaleza (UICN) se–alan numerosas especies en categor’as
de riesgo. Por ejemplo, en el libro rojo de la UICN se clasifican 55 grupos en
peligro, como el dragoncito rayado (Abronia
matudai);
en
peligro cr’tico sobresalen cuatro especies de ranitas del bosque mes—filo (Craugastor greggi, Plectrohyla guatemalensis, P. hartwegi y Eleutherodactylus
lineatus).
Se marcan
otras clasificaciones que no parecen tan apremiantes, pero sin duda hay que
ponerles atenci—n. Son casi 50 especies ÒvulnerablesÓ, que incluyen varias aves, como el
pajuil
(Penelopina nigra) y el chipe rosado
(Cardellina versicolor). Otras 30 se consideran
Òcasi
amenazadasÓ,
de las que aproximadamente la mitad corresponden a ejemplares vegetales. Adem‡s, hay abundantes plantas,
reptiles, anfibios, mam’feros y particularmente aves, clasificados como Òpreocupaci—n
menorÓ, pero preocupaci—n al fin y al caboÉ
El Tacan‡ es
un sistema que funciona integralmente, permitiendo la distribuci—n libre de
numerosas especies al mantener la conectividad entre MŽxico y Guatemala, a
travŽs de corredores biol—gicos. Las comunidades humanas se benefician con diversos
servicios
ecosistŽmicos:
insumos para la construcci—n, material energŽtico para cocci—n, fauna y flora
para consumo y uso medicinal, entre muchos otros que vuelven imprescindible la
conservaci—n del sitio.
Conservaci—n participativa
La
diversidad biol—gica que resguarda el volc‡n Tacan‡ no ha pasado inadvertida a instancias
y organizaciones nacionales e internaciones. En MŽxico forma parte de una
estrategia regional de conectividad ecol—gica a travŽs de la Sierra Madre de
Chiapas y su integraci—n a CentroamŽrica, y en el transcurso del tiempo ha sumado
nombramientos ligados
a esquemas de protecci—n por parte del gobierno federal, el gobierno de
Chiapas, la Comisi—n Nacional para el Conocimiento y Uso de
la Biodiversidad (CONABIO), la Organizaci—n de las Naciones Unidas para la Educaci—n,
la Ciencia y la Cultura y otros organismos.
Es un ‡rea
natural protegida, regi—n terrestre prioritaria para la conservaci—n, reserva
de la bi—sfera, ‡rea de importancia para la conservaci—n de las aves, entre otras
denominaciones.
Los
nombramientos y reconocimientos no ser’an nada sin la participaci—n de las
comunidades
en coordinaci—n con instancias de gobierno, sectores acadŽmicos y
organizaciones no gubernamentales que est‡n al pendiente de la conservaci—n de
la biodiversidad del Tacan‡.
Un ejemplo
de intervenci—n local es la Red de Monitores Comunitarios del Pav—n o Pavo de Cacho, con colaboraci—n de
poblaciones chiapanecas en MŽxico y de la municipalidad de Sibinal en
Guatemala. Es
una organizaci—n comunitaria que cuenta con una plataforma social mantenida por m‡s de
cinco a–os;
fomenta la equidad de gŽnero y agrupa a monitores comunitarios con
capacitaci—n y experiencia en el muestreo de fauna y vegetaci—n. Sus integrantes participan en
iniciativas productivas, como aviturismo, cultivo de cafŽ amigable con las aves, producci—n
de plantas en vivero y restauraci—n ecol—gica. TambiŽn construyeron una base de datos
integral del volc‡n Tacan‡ (binacional) sobre aves y vegetaci—n, y contribuyen
con informaci—n sustancial a las plataformas Averaves y Naturalista (CONABIO),
Helvetas Swiss Intercooperation y a los listados de biodiversidad de la reserva.
Como
muestra de su labor, actualmente monitorean la fenolog’a de cinco especies de
plantas compartidas entre MŽxico y Guatemala. Han encontrado 31 plantas con
sobreuso o sobreexplotaci—n en el volc‡n, y en respuesta implementaron cuatro
viveros comunitarios donde se cultivan 27 plantas, principalmente del bosque
mes—filo. Asimismo se est‡n integrando grupos de trabajo para monitorear
vertebrados terrestres, algunos invertebrados, vegetaci—n (sobre todo especies en
algœn estatus de protecci—n) y calidad del agua.
El esfuerzo de esta red ha despertado el interŽs de diversas comunidades
que hoy d’a integran la Red Binacional de Monitoreo Comunitario, en la que
colaboran pobladores de distintas localidades del volc‡n, tanto de MŽxico como
de Guatemala, con trabajo de campo y generaci—n de datos e informaci—n. Cuentan
con asesor’a cient’fica de expertos de los dos pa’ses.
La informaci—n generada por las comunidades permite el ordenamiento de
las actividades productivas y regula el uso de los recursos naturales, pero
tambiŽn es un gran basti—n para estudios por parte de entidades
acadŽmicas y gubernamentales, con fines de aprendizaje y generaci—n de
pol’ticas pœblicas.
Finalmente, son los pobladores del volc‡n quienes articulan las
sabidur’as locales con los conocimientos tŽcnicos-cient’ficos que les llegan
del exterior, y han posibilitado el mejor entendimiento de la biota de su
entorno, estableciendo acuerdos intercomunitarios para proteger bosques y organismos,
y generando informaci—n valiosa para impulsar la conservaci—n adecuada de la
biodiversidad del Tacan‡.
(1) Cuenca es una porci—n de territorio drenada por un r’o o sistema fluvial, que desemboca al mar o a un lago interior.
(2) Fenolog’a es la relaci—n entre factores clim‡ticos y ciclos de los seres vivos.
Benigno G—mez es acadŽmico del
Departamento de Conservaci—n de la Biodiversidad, ECOSUR San Crist—bal
(bgomez@ecosur,mx). James Rodr’guez Acosta es colaborador de la Reserva de la
Bi—sfera Volc‡n
Tacan‡, Comisi—n Nacional de çreas Naturales Protegidas
(j.rodriguez@conanp.mx). David Samuel Estacuy Cojulœm es integrante del Consejo
Nacional de çreas Naturales Protegidas de Guatemala, Direcci—n Regional del
Altiplano del Oriente.
Ecofronteras, 2018, vol. 22,
nœm. 63, pp. 6-9, ISSN 2007-4549. Licencia CC (no comercial, no obras
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